E-Bikernautas

Me gusta recabar información antes y después de cada ruta que hacemos. Siempre aparece algún dato o lugar interesante  que  visitar,  alguna historia o leyendas relacionadas con la zona visitada  que aportan un punto de vista diferente a las clásicas descripciones que se hacen  de ellas.

Ésta,  es una historia  en si misma.  No he necesitado bucear en internet, para conseguir una aventura . Esta ruta fue digna de un guión cinematográfico , y como tal la narraré.

Plano General . Exterior Día.  Estación de Cercedilla. 9:00 horas

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Suena la canción Radioactive Toy  ; ) – Porcupine Tree 

Vienen de distintos puntos de Madrid e incluso de las lejanas tierras de norte de Castilla, de   Aguilar de Campóo, que van aparcando en el punto de reunión fijado a través de las redes sociales.  Observo que algunos ya han empezado a sacar  y montar sus bicis, otros están colocándose la ropa de abrigo y dos de ellos, los  más madrugadores toman un reconfortante café en el bar de la estación. He reconocido sus monturas en el portabicis de uno de los  coches.  Me acerco a saludar a estos últimos, puesto que son nuestros invitados de honor.  Me alegra mucho ver por estas tierras a  Kiko y Javi, que así se llaman, son buena gente, nobles y recios, grandes como varales que se dice por allá arriba, nos conocemos desde que éramos chiguitos ( vaya, me acuden ahora todos los localismos, también se llaman así a los niños  por allá).  Nos damos un fuerte abrazo.  Esta ruta ruta se hizo en su honor, quería corresponder al trato que me ofrecieron durante el verano invitándome en sus salidas, y en algunos casos compartiendo conmigo sus sendas más secretas. Eso es un detallazo!

Tras apurar su café, salimos al exterior y allí los presento al resto de amigos que los acompañarán durante la ruta.

Uno tras otro,  sin recordar el orden exacto,hasta completar un total  de 14 los voy presentando .

Nany, Rocío, César, Paco Valiente, Jose Manuel, Ángel, Sergio, Ernesto, Raúl, Alex, Paco Biciados, los dos anteriormente citados Kiko y Javi y un servidor.

Estaba luminosa la mañana en el punto de salida, fresca pero no tan fría como pensaba que estaría, puesto que desde la autovía que nos conducía  desde Madrid hasta Cercedilla, veíamos una nube blanca sobre Navacerrada y la Bola del Mundo que no presagiaba nada bueno. – Eso es nieve en la cumbre_ Pensé.  Bien, hoy tacharé de la lista de tareas pendientes rodar con nieve_ Sonreí. Ya sólo me quedarán pendientes de hacer una carrera en….pero eso es otra historia y me estoy desviando de lo importante.

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Primer Plano.-Exterior Día. Carretera de las Dehesas. 10:00 horas.

Me cubro con guantes dobles y dobles calcetines con cubrebotas. Chaqueta y camiseta térmica. La braga la dejé olvidada en el maletero del coche. Y la echaría en falta. Vaya que si!

Comenzamos el ascenso hacia la Fuenfría por la Carretera de las Dehesas. Primero por carretera, poco porque  Ernesto es alérgico al alquitrán y derivados del petróleo y en cuanto puede coge un sendero de 10 metros para volver a la carretera y luego otro y vuelve  y así  va dejando ver sus intenciones. Los demás seguimos sus flirteos con la tierra y los caminos. En ese momento surge el primer contratiempo. Mi cadena se parte, el grupo se detiene. Mi amigo César,  como siempre se presta rápidamente a socorrerme,  pero tiene las manos frías y apenas puede coger un pequeño eslabón con sus dedos. Entonces veo llegar a Raúl bajando y brincando por los arroyos con su bici y con la energía que trae de serie  la juventud. Qué jodidamente fácil lo hace. Él, es especialista en la tienda de Biciados  en todo lo referente a la mecánica de la bici y entre ambos  lo reparan en tiempo récord )  . Tengo que aprender yo a ser autosuficiente con la jodida mecánica. Reto para el 2015.

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Plano General- Exterior Dia. Senda del Agua. Algo más tarde. 

Suena  In a room -The House of Love.

El parón sirve para abandonar definitivamente la carretera y adentrarnos entre los pinos por la Senda del Agua.

Qué sensaciones tan fantásticas sientes cuando te adentras en un bosque desierto y silencioso.  Te mueves entre sus rectos y  verticales troncos,  sobre  su crujiente suelo tapizado de agujas, hojas y serpenteantes raíces. El sonido de las voces es hueco y lejano como si de un  eco ahogado se tratara. Los colores se tornan ocres o verdes. Apagados o intensos. El olor de la corteza  y la humedad de los pinos impregna el aire. Primeros y esporádicos copos  de nieve se dejan ver.

El comentario de todo el grupo, incluso de los que tan solo lo piensan  es unánime.

-Joer.. tíos que sitio tan bonito, que chulo es esto,  precioso ….!!

De pronto,  vadeas un pequeño arroyo, luego unas piedras ponen a prueba nuestra técnica, ahora el arroyo lo remontas  siguiendo  unos metros su curso.

Y así vamos ascendiendo hasta que un recodo del camino nos obliga a poner pie a tierra y entramos en fase empujabike ascendiendo una empinada ladera moteada de nieve al más puro estilo bollo de azucar glassé.

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Plano General- Senda de los Poetas-Día.

La tortura de empujar la bici ha cesado. Ya no tiran los isquios ni los gemelos. Hemos alcanzado una pista amplia y compactada con un tendido desnivel  cómodo y asequible que nos conduce hasta el primer mirador, el de Vicente Alexandre y posteriormente al Mirador de la Reina. Lamentablemente no hay vistas en las que recrear la mirada del valle de la Fuenfría mientras descansamos y reponemos las energías consumidas en estos primeros…11 Km. Nada más!

Exterior Fuenfría.Camino Schmid. Día. Horas más tarde.

Hemos sentido los primeros rigores del viento gélido que nos azota el costado derecho al coronar El puerto de la Fuenfría (1.796m) El grupo aquí se ha disgregado un poco más que en ocasiones anteriores y hacemos un alto de reagrupamiento.

Tras unos minutos esperando a la intemperie buscamos resguardo del viento tras unos árboles. Olvidamos la foto pertinente de la fuente de la Fuenfría. El frío no hace concesiones aquí.

El ánimo sigue siendo alto y aún hacemos bromas con el sobao gigante que Ernesto lleva como lastre en su mochila.

Tras compartirlo con el grupo irá bastante más ligero.

Tomamos el Camino Schmid.

Suena la música de The Cult –  She Sell Sanctuary.

Aquí empieza la que para mí es  la parte más bonita del viaje sin duda. Este camino es mágico. Tuvimos ocasión de hacerlo en primavera con los tonos verdes en todo su esplendor. La luz del sol filtrándose entre las copas de los árboles  las motas de polvo y los insectos  en suspensión brillando como un cuento de hadas. Seguro que hadas y ninfas entre los helechos nos  observaron.

Ahora, todo cubierto en un blanco nuclear,  con una atmósfera casi fantasmagórica. Seguro que duendes y gnomos entre las brumas nos vigilan.

No nos confiemos, la belleza del camino encierra sus peligros. el sendero es técnico. Estrecho en ciertas partes del camino y las piedras y raíces húmedas provocan que las ruedas pierdan grip y nos den algún que otro susto al perder la verticalidad. Desmontar de la bici conlleva otro problema añadido,  la formación de hielo en las calas de las botas y los pedales crea un círculo vicioso: El hielo de las calas no deja que pedalee y desmonto, pero si camino tengo más hielo en ellas. Solución,  un palo y  a picar el dichoso hielo. A pesar de todos los inconvenientes,  la subida me resulta más sencilla de lo que recordaba.

Como el camino es largo,  hay que sortear decenas de piedras, árboles, charcos, ramas y senderistas que van en aumento a medida que nos acercamos a la estación de esquí de Navacerrada. Hoy han invadido la sierra. Sorprende el número y lo variopintos que son. Los más expertos van bien  equipados, ropa de montaña, bastones, mapas, caminan con calzado apropiado, van ligeros y generalmente en pequeños grupos. Los ocasionales pasean con sus perros,  se detienen, conversan. Disfrutan de la naturaleza en grupos amplios. Finalmente y en la parte más cercana a la estación encontramos a los que han decidido tener una jornada de nieve a última hora. Calzado deportivo los más jóvenes, botas de tacón las más presumidas, bolsos de mano, pantalones de deporte con capas de ropa de lana y algodón. Suben a jugar con la nieve. Alborozan y alborotan, se lanzan bolas, se deslizan con sus trineos improvisados, hacen santos dejándose caer sobre la nieve. Se mueven erráticos entre las pistas mientras los cañones de nieve ayudan a cubrir las pistas para la inminente temporada de esquí. Mientras, los remontes y telesillas permanecen congelados y detenidos sobre nuestras cabezas.  Tengo aún  tiempo  de escuchar una canción. El camino lo merece:

Suena –Nada Surf-  Killian’s Red

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Plano General-Exterior Navacerrada- Día. 13:00 h.

Hemos coronado el puerto. dejamos el precioso camino Schmid y tomamos la carretera  que nos conduce a los restaurantes y la estación de esquí. El bullicio aturde. Hemos pasado de la soledad de la naturaleza al caótico gentío de la civilización de cuestión de segundos. Agentes de tráfico intentan organizar  el kilométrico atasco de vehículos que intentan encontrar aparcamiento. Los restaurantes repletos de familias tomando algo caliente que entone el cuerpo. Y nosotros buscando un refugio que nos de respiro unos instantes antes de afrontar el tramo final. Nos apiñamos en una pequeña caseta de madera para fotografiarnos y encontrar un poco de calor. Nos damos ánimos unos a otros y decidimos comenzar el ascenso antes de quedarnos demasiado fríos.

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Plano Medio- Exterior-Bola del mundo. Día. 13:21 Horas.

Suena Radiohead – Creep

Pasamos una barrera que nos aleja de  la civilización una vez más y emprendemos la ascensión de los tres últimos kilómetros que nos llevarían al cielo de Madrid….O al infierno.

Aquí no hay quitanieves, ni agentes que regulen el tráfico. Aquí está la montaña esperando con sus porcentajes del 18 al 23%.  Una pista  casi vertical de cemento  helado, cubierta por una capa de 5 centímetros de nieve y un viento endemoniado que te desmonta  de la bici, una niebla espesa que te impide ver que la siguiente curva es aún más dura que la anterior ….

-¡Yo me vuelvo!- Le grito a Paco.

-¡¡¡No me jodas, no vamos a llegar arriba!!?- me dice  sorprendido y gritando a su vez.

-¡¡¡No merece la pena, mira cómo está esto. Arriba no vas a ver nada y es peligroso seguir. Ellos también tendrán que darse la vuelta!!! -Respondo

Una racha de viento nos zarandea mientras hablamos.

-¡Pero yo no he estado arriba antes!!.- me dice indeciso

-¡¡Ya volveremos en Primavera. Vente  Paco, hazme caso!!.-Le grito emprendiendo el camino de bajada

Ambos llegamos a los restaurantes y dejamos las bicicletas en la entrada. Allí nos esperaban Sergio y Kiko que tenía la tija rota y su sillín se hundía. Imposible dar pedales en esas condiciones.

Dios que frío. saco el móvil y escribo en el grupo con la esperanza de que alguno de ellos oyera el mensaje.

-Dónde vais locos!!

-Os va a comer el Yeti!!

-Volved!!

-…………………………

Nada. Silencio y espera.

Pasaron al menos dos horas sin noticias.

Al fin aparecen. Salí a su encuentro. César, Rocío, Nany y Ángel se habían refugiado en el  otro restaurante. Las fuerzas y el frío los obligó a dar media vuelta a escasos 200 metros de la cima. Recuerdo sus caras desencajadas a través del ventanal. Los ojos desorbitados, inmóviles, apiñados entre si,  el pelo escarchado, incapaces de reaccionar a mi llamada. Las mandíbulas castañeteaban, tiritando,  llorando alguno al saberse a salvo ya, sin el estrés que genera el sentirse en peligro..  Las bicis abandonadas…abandonadas!!  Realmente debían estar fatal para hacer algo así. pero no estaban todos, faltaba el grupo de Biciados, Ernesto, Raúl, Alex , Paco, Javi y Jose Manuel.

Llegaron más tarde, habían subido hasta el final.  Pero pagaron un precio muy alto por su osadía. Paco llegó al límite de sus fuerzas. Con hipotermia y un ataque de ansiedad  nos hizo temer por su salud. Sentado en el suelo junto a una chimenea y con los cuidados de la cruz roja tardó en  estabilizarse, aunque prefirieron ingresarlo para asegurarse de que todo iba bien. Gracias a dios se encuentra en casa y con buen humor.

Ernesto  por su parte, vió el sol o una luz cegadora durante la bajada, además de perder audición en un oído. Afortunadamente, se tomó una cerveza helada y tras comer algo..se repuso.  Un cigarrito hubiera sido el paraíso. Así son los cántabros de Argüeso.

Javi también es cántabro y de Aguilar para más señas.  Sus manos estaban agarrotadas por el intenso frío y no podía frenar. Solución: Se las orinó al más puro  estilo del Azarías de los Santos Inocentes,  para recuperar el tacto. Lo malo es que al llegar  pidió a Kiko que las  frotara contra las suyas ya que no las sentía. Y Kiko, aceptó. ; )

Los demás poco a poco iban reaccionando, unos calditos y cafés calientes, un frotar las manos entumecidas y agarrotadas y los rostros ya no estaban tan crispados.

Pero no había terminado la odisea. Aún quedaba la bajada hasta Cercedilla. En aquellas condiciones se imponía hacerlo cuanto antes por carretera. Aplazamos la bajada por el Calvario (bastante calvario habían padecido ya) para futuras ocasiones. Arriba,  con Paco se quedaron Ernesto, Raúl y Alex. Cuidaron su bici y que él estuviera atendido. Grandes compañeros tienes Paco.

La bajada fue…muy fría. Los cables de los cambios eran un bloque de hielo congelado, igual que el agua de nuestros bidones. Tuvimos que meter la bici de Rocío en una fuente para deshelar su cables. El líquido de los frenos, así como el aceite de las suspensiones y de las tijas se volvió denso y ni frenaba ni amortiguaba ni nada. Colapso total.

Por fin llegamos al destino. Pudimos cambiarnos de ropa, asearnos y dar cuenta de unos  Judiones extra grandes, judías en algún caso más moderado,   y de un cordero asado que nos dejó como nuevos .

Aunque alguno aún siente un extraño hormigueo en manos y pies.

Un gran día de MTB. Gracias  a todos por vuestra compañía! La próxima en vuestra casa!

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The End.

A. M. Martín