Despertaron escarchados los campos en Castilla.
Tan sólo un día llevaba en mi pueblo y ya tenía la necesidad de salir a rodar por estas tierras tan poco exploradas. Mi afición por el ciclismo me atrapó bien tarde y debo recuperar tiempo perdido porque estas montañas tienen muchas sendas que descubrir.
Tengo la inmensa fortuna de contar aquí, en Aguilar de Campóo, con otro grupo de apasionados del MTB que además son familia y amigos a los que no necesito insistir demasiado para organizar salidas y pasar agradables mañanas de bici y picnic o vermut dependiendo de las horas de regreso. No se puede pedir más. Decir que esta misma ruta la realicé el 26 de Diciembre del año pasado en solitario. Parece que desde entonces se ha animado mucha gente a esto de la bici. Así que ayer, día de Nochebuena y de gélida mañana nos encontramos Mary mi mujer, Nacho mi primo, Carli mi cuñado y Chema primo de mi primo ; )
La vuelta al embalse de Aguilar es una ruta circular de 42,3 KM. sin desniveles importantes que sirve para tomar contacto con la comarca y contemplar un poco la belleza del entorno, siempre presidido al frente por las majestuosas estribaciones ahora nevadas de los Picos de Europa y Fuentes Carrionas.
Pasamos por Corvio, Matamorisca, Salinas, Barcenilla de Pisuerga, Barrio de SantaMaría, Barrio San Pedro y regreso a Aguilar de Campoo. siempre con el hielo y la escarcha como protagonistas de la ruta.Más adelante, cuando los caminos se llenan de barro en las zonas inundables del pantano, agradecimos que estuvieran helados para no quedarnos anegados en ellos.
En Salinas hicimos un pequeño avituallamiento de los que gustan por estas tierras..nada de barritas energéticas ni geles… bocata de queso curado y membrillo que se había traído Nacho por sorpresa para todos.
Recuperadas las calorías,media vuelta para llegar a comer a casa.
Os dejo con un extracto de los poemas Campos de Castilla de Antonio Machado que refleja perfectamente cómo son estas tierras y las gentes que los moran.
¡Campillo amarillento,
como tosco sayal de campesina,
pradera de velludo polvoriento
donde pace la escuálida merina!
¡Aquellos diminutos peguajales
de tierra dura y fría,
donde apuntan centenos y trigales
que el pan moreno nos darán un día!
Y otra vez roca y roca, pedregales
desnudos y pelados serrijones,
la tierra de las águilas caudales,
malezas y jarales,
hierbas monteses, zarzas y cambrones.
¡Oh tierra ingrata y fuerte, tierra mía!
¡Castilla, tus decrépitas ciudades!
¡La agria melancolía
que puebla tus sombrías soledades!
¡Castilla varonil, adusta tierra.
Castilla del desdén contra la suerte,
Castilla del dolor y de la guerra,
tierra inmortal, Castilla de la muerte!
Feliz Navidad a todos
A.M. Martín
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