Ya suena evocador un título así, máxime si para llegar hasta el Pozo has de pasar entre otras cosas por un Castillo abandonado y ruinoso en Gama, pero que venció al Castillo de Aguilar en años de conquista y reconquista y que a pesar de estar ambos semiderruidos, mantiene paradójicamente, mejor compostura el último.
Castillito de Aguilar,
dime quién te derrotó.
El castillito de Gama,
que pudo más que yo
En condiciones normales buscaría más datos y anécdotas referentes a las batallas libradas entre ambos castillos, leyendas de tesoros y pasadizos ocultos que circulan entre las gentes de aquí. Pero en esta ocasión prefiero mostrar el itinerario de la preciosa ruta con la que nos ha obsequiado (una vez más y son muchas ya) Kiko como gran cicerone y conocedor de estas «montañonas» como se las llama por aquí.
Si el día anterior amaneció escarchada Castilla, esta mañana estaba de «blandura», que es como se conoce el estado del clima que anuncia la llegada de las nieves, como sucedería el día siguiente. Así que hoy el barro estaba en su punto justo para adherirse a las ruedas y pegarnos al terreno como un velcro gigante.
Nacho,Carli, Kiko, Chema ( que repite salida y que cada día está más enganchado con el MTB) y yo, salimos desde Aguilar de Campoo, siguiendo la Senda del Loco, paralelos al cauce del río Pisuerga hasta atravesar el primer pueblo del camino.
Villaescusa de las Torres , se encuentra a los pies del laberinto kárstico conocido como Las Tuerces pero que esta vez no lo visitaremos. A este paraje entramos por un estrecho cañón y giramos a la izquierda, tomando una pista forestal (cuyos árboles y ramas adornados y repletos de los líquenes y musgos conocidos como Las Barbas de San Nicolás, nos indican que allí la contaminación es inexistente) Seguimos dicha senda que nos conduce tras las primeras rampas duras..duras hasta el Castillo de Gama. Fantasmagórico, su silueta surge entre la niebla y no nos resistimos a recorrer el escarpado perímetro de sus murallas….eso si, caminando. Mucha pericia has de tener para rodar entre los cortados sobre los que se asientan su muros. Fotos de grupo entre las ruinas donde apenas observamos restos de escaleras, arcos y almenas.
Retomamos el camino original en una bonita y pronunciada pendiente de descenso hacia Recuevas
Desde allí nos topamos con otro pequeño pueblo, Renedo de la Inera, donde fotografié su Iglesia románica rodeada de una necrópolis rupestre de tumbas antropomórficas. Un día tengo que poner en orden tanta iglesia románica, visigoda, post-industrial o lo que sea que haya fotografiado durante todas estas rutas, que si por algo es conocida Palencia es por esa riqueza cultural. El siguiente pueblo es Rebolledo de la Inera, apenas dista unos kilómetros, pero dispone como es habitual, de su propia iglesia (San Miguel) y camposanto, que así se llamaba antaño a los cementerios.
En Villarén de Valdivia nos desviamos hacia la derecha . A partir de aquí Kiko me enseña «sus caminos». Yo conocía el tramo de carretera por el que ascendí este verano, pero este es sin lugar a dudas, mucho más bonito. Comenzamos el ascenso continuo y constante hacia el Mirador de Valcabado. El barro ya no nos abandonará durante todo el trayecto, excepto cuando atravesamos el precioso hayedo del Monte Ahedo. Esta senda ha de ser un espectáculo de color en primavera u otoño. No soy partidario de repetir caminos porque hay tantos que ver que necesitaría mil vidas pero…ya veremos!
Llevo visitados unos cuantos hayedos este otoño y siempre quedo admirado de su belleza. He llegado a la conclusión de que son tan bellos porque tienen la facultad de desplazarse para ocultarse en lo más profundo y alejado del bosque de los despiadados y vociferantes humanos. Confío que no llegue el día en que se queden arrinconados y sin salida.
Al final del hayedo le sigue un robredal y al terminar este último ……unas rampas que, a ojo de buen cubero del 18% de desnivel no bajan. Así. chino-chano que decía Perico Delgado, coronamos la subida hasta el Pozo de los lobos entre cazadores apostados por los caminos con la sensación de que un tiro perdido sería una putada.
El pozo es básicamente un embudo construido con piedras terminando en un profundo foso donde los lugareños conducían tras largas batidas vociferando y armando gran cantidad de ruido a estos animales que diezmaban sus rebaños. Una vez dentro del foso remataban a las alimañas a pedradas.
Sentados en sus muros, nos tomamos un respiro y algo de comida antes de cargar al hombro las bicis para ascender el último tramo hasta el Mirador de Valcabado. Desde él tendremos unas inmejorables vistas de todo el valle cántabro de Valderredible, Alto Campoo, Valdecebollas y la montaña palentina (Curavacas, Espigüete) así como del Páramo de la Lora.
Fotos desde el Mirador y ya de regreso con premura, puesto que hoy es el cumpleaños de mi chica y quiero llegar a la hora de comer con ella. Pasamos de largo la entrada de La Cueva de los Franceses que visitaba de niño y que veo que hoy en día ha evolucionado favorablemente en un bonito centro de interpretación con visitas guiadas.
Brevemente, he de contar la historia de la cueva. Se llama así puesto que en ella se arrojaron los cadáveres de las tropas napoleónicas que tuvieron la osadía de enfrentarse durante la guerra de la Independencia (1808), con un destacamento del Húsares Cántabros al mando del liberal Perlier.
Qué tierra esta, invadida y reconquistada a moros y franceses!
El regreso no tiene más literatura. Kiko nos sorprende con el atajo por un nuevo camino de descenso. Recordar el inevitable y acostumbrado encuentro con unos mastines de enormes cabezas que ya nos siguieron y ladraron en otra ruta de Semana Santa en el Monte Bernorio. Se conoce que debió de bajar el pastor de los montes para pasar las Navidades en familia.
Por fin venteo en el aire el olor que desprenden las fábricas de galletas y pan de molde, inundando nuestras pituitarias indicándonos que ya estamos en casa.
Una cerveza acompañada de un delicioso guiso de garbanzos con callos calientes y picantes ponen fin a esta preciosa jornada.
Como siempre, a los que aguantáis hasta el final este tostón de crónica, os dejo un pequeño vídeo tomado desde el Mirador de Valcabado con las vistas del valle cántabro, el páramo burgalés y las montañonas palentinas.
Gracias a los cuatro por otro fantástico día de puro MTB.
P.D. Todas las fotos se pueden descargar pinchando sobre este enlace, con resolución original y sin pérdida de calidad.
Y el track de la ruta en wikiloc
Marter
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