Dicen los manuales y los monitores de MTB que la posición ideal sobre tu bicicleta sería tener codos y rodillas ligeramente flexionados y la vista baja y al frente para visualizar los 10 ó 15 metros inmediatos del camino y así anticipar tus maniobras.
La teoría es correcta, pero no necesariamente aplicable en todos los tramos. Rutas de tres, cuatro e incluso seis horas contienen tal variedad de momentos que tus piernas y brazos pueden relajarse y tu mirada desviarse hacia todos los lados.
Hay en este deporte dos tipos de conducción. Puedes subir a tu bici, sentarte ergonomicamente sobre tu sillín antiprostático, colocarte las anteojeras como hacen con los caballos para mirar solo al frente, agachar la cabeza y comenzar a pedalear hasta que tu GPS te indica que has concluido tu itinerario con treinta minutos de antelación sobre el horario previsto. Subir, bajar, llanear. Final de ruta. Tu navegador Strava echando humo, copas y medallas en cada uno de los tramos, récord personal. Es una opción.
O bien, puedes acomodarte sobre tu sillín dispuesto a disfrutar de lo que sucede a tu derecha, a tu izquierda, arriba y abajo. Contemplar paisajes infinitos que se pierden entre las brumas del horizonte. Fulgurantes en el albor de la aurora, radiactivos en su decadencia crepuscular. La misma que en los otoños, tapiza doradas las sendas de los bosques, de ocres y rojos los hayedos, de blanco inmaculado los inviernos y de toda clase de verdes, primaveras y veranos.
Puedes acompañar el lento curso de un riachuelo, rodar en paralelo al caudal de un río, admirar sus cascadas y saltos de agua, beber de sus fuentes y manantiales, bañarte en lagos glaciares, atravesar las aguas mansas de un pantano, contemplar los meandros que ha tallado el tiempo en las hoces de un cañón, mientras admiras absorto el majestuoso batir de alas de una numerosa colonia de buitres o el reagrupamiento de las aves migratorias, organizándose para emprender su éxodo a tierras más cálidas.
Puedes reconocer viejos tramos transitados en rutas pasadas o aprender el nombre de nuevos caminos, sendas, senderos, pistas, trialeras, roderas, cuestas, paredes, toboganes, peraltes…. Los recordarás pasado el tiempo porque los has recorrido y aprendido. Puedes oír el sonido de tus pensamientos más íntimos en el silencio más absoluto de la montaña, envolverte con la música que acompasa la cadencia de tu pedaleo, sentir el crepitar de la hojarasca seca en el suelo, el crujir de la escarcha y del hielo en los charcos, el bombeo de ventrículos y aurículas en tu pecho y sienes, el sofoco de tu aliento…. tu jadeo.
Puedes otear desde miradores privilegiados en los picos y elevar la vista hacia cielos majestuosos desde el suelo. Altocumulos lenticularis convertidas en estrellas de televisión en horarios de máxima audiencia. La misma nube caprichosa que tú….. casi acaricias durante la mañana con la yema de tus dedos.
Voy a mirar al frente, si. Pero seguiré mirando a ambos lados con mi cronómetro desactivado.
Pequeños fragmentos grabados en mis rutas y unidos en este videoclip. La música de Mike Olfield.
Me identifico totalmente contigo ,hay muchas formas de hacer rutas pero bici+ foto son mis gustos. Buen video Manolo
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Paco, no había visto este comentario tuyo. Vamos tío, necesito ayuda con las fotos.
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Dos grandes aficiones q comparto .. Un placer rodar contigo
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Ciertamente, quien mira a su alrededor descubre, redescubre y se enamora….
Será por esto que no podemos quedarnos quietos y calentitos en la cama las mañanas de domingo?
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Toñi, si supieran lo que se pierden los que se quedan en la cama…. ; )
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Hola!
Esta genial tú blog.Gracias a Nany( compañera de spinning) por decirme que viese tú blog.
La verdad es que te lo curras.
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La verdad es q invito a Nany a cervezas para que hable bien de mi blog. Muchas gracias Nati, cuando quieras serás protagonista en alguna de nuestras aventuras.
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Pensaba que se trataba de comentar la maniobra cuando uno quiere coger la rodera buena, o evitar piedras o el charco… y te vas hacia la izquierda o derecha más bien bruscamente y sin mirar! Que haberlos, haylos.
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Siento que el título haya dado lugar a equívocos, pero no es un tutorial de como conducir una bici puesto que no tengo la técnica necesaria como para impartir ese tipo de enseñanzas. Simplemente trataba de comentar un tipo de ciclismo que me gusta a mí, disfrutando de naturaleza, paisajes y deporte a partes iguales. Sin prisas, sin batir todos los KOMS del trayecto. Parándose y recreándose en el entorno a ambos lados del camino.
Un saludo y gracias por el comentario Miguel.
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