Si quiero – Dijo Ella. Si quiero – Dijo Él.
Yo os declaro marido y mujer – Dijo el cura.
Nubes de arroz y pétalos de colores volaron sobre sus cabezas. Vítores y parabienes saludaban a los recién esposados a la salida del Santuario de Montesclaros. Las campanas volteaban jubilosas anunciando a todo el valle que había boda .
El tañido de las campanas, tras revolotear unos instantes por los tejados, se descolgó rápidamente por el empinado camino, ahora asfaltado, hasta el pequeño y ya casi abandonado apeadero del tren de la FEVE. Cruzó sin mirar los oxidados raíles y traviesas de vía estrecha y tras girarse por última vez hacia el lugar desde donde provenía, tomó un estrecho camino, dejando tras de si a medida que se internaba en el profundo bosque, el eco sofocado de sus notas. Descendía sin parar, entre estrechos caminos y onduladas sendas, compitiendo en sonoridad con el trinar de los pájaros y un murmullo invisible, insistente y cada vez más fuerte.
-Qué sonido era ese? -Se preguntó. Unas veces, su bramido ahogaba su alegre tañir y otras veces se volvía cantarín y lo acompañaba en su melodía. Curioso, se acercó a la orilla del camino, en un claro de la vegetación, pudo distinguir abajo, en el valle, el curso del río Ebro, el estruendo de sus saltos de agua y el relajante sonido de sus aguas corriendo por su cauce.
Satisfecho, retomó su senda descendente durante varios kilómetros, entre frondosos pinares y robledos, cruzó un puente próximo a una abandonada estación hidroeléctrica y tan entusiasmado iba anunciando su Ding Dong a los cuatro vientos, que se internó en otro bosque. Este estaba custodiado por abejas y era inexpugnable. Intentó buscar primero un camino sin éxito, luego una senda, nada. Se hubiera conformado con un pequeño senderito que lo sacara de aquellos andurriales….pero ni eso encontró. Por un lado ramas y zarzas cortaban su avanze. Por otro, el cauce seco de un río, cuyo lecho estaba empedrado por enormes piedras del tamaño de un seiscientos, tapizadas de resbaladizo musgo, se le antojaba un esfuerzo titánico poder avanzar por allí.
Apunto estaba de ahogar su cantinela cuando consiguió zafarse de la maleza que lo rodeaba y encontrar de nuevo el camino que tras un pequeño repecho lo encaramaba hasta el pueblo de Aldea de Ebro que en tiempos contó con 20 viviendas en las que residían veinte vecinos y noventa almas, además de un molino harinero junto al puente de Reconchos.
En la Iglesia de San Juan Bautista y en la Ermita de Santiago encontró nuevas espadañas que gustosamente ofrecieron sus viejas campanas para relanzar por nuevos valles sus ya desgastadas notas.
Una carretera asfaltada facilita su ascenso durante dos calurosos kilómetros. Un giro de noventa grados y abandona el asfalto por una pista que lo adentra de nuevo entre los bosques, mitigando el calor, pero aumentando el esfuerzo durante los siguientes 4 kilómetros de ascenso. Manadas de caballos salvajes salen a su paso y desaparecen entre el follaje al escuchar los extraños sonidos que se aproximan. El terreno suaviza y nuevamente cambia la pista por un precioso y técnico sendero, estrecho y empedrado, llamado Camino Entrerobles, que lo conduce hasta Arcera, dividido en dos barrios, El Barrio de Arriba y el Barrio de Abajo. En este último se encuentra la iglesia de la Santa Cruz que no tiene espadaña, pero si campanas para voltear. También tiene una pequeña escuela, cargada de emotivos recuerdos y quién sabe si de momentos de esos que yo en ocasiones llamo mágicos. Allí, bajo el dintel de la puerta de entrada a la escuela sucedió uno que guardo para nosotros.
El viento corre más en la esquina donde está la fragua y aprovecha esta ayuda para remontar el viaje en busca de la iglesia que se divisa en el otro lado del mirador, la Iglesia de San Miguel. Desde la lejanía parece estar siendo fagocitada por la naturaleza del bosque pero al llegar a ella la cosa es aún peor. Desolador el aspecto que presenta, tapiada y abandonada a su suerte, si te asomas entre alguno de los resquicios de su tapiada puerta podrás oler la soledad.
Mejor proseguir, la ruta no es sencilla a partir de aquí. El camino pica y pica hacia arriba siempre por sendas de herradura, los árboles van dejando paso al monte bajo y un tapiz de brezo en flor alfombra vastas extensiones de las laderas por la que asciende. Esta es la parte más exigente del trayecto hasta el Alto de las Cotorras. El pasillo artificial de un gaseoducto, trazado con escuadra y cartabón crea una línea recta, que desemboca, tras sucesivos sube y baja hasta el alto de la cuesta, que desciende pronunciado y derecho hasta el comienzo de un bosque de hayas. El bosque de hayas más bonito que haya visto jamás! Árboles de troncos altos, rectos, tiesos, el suelo limpio, tapizado de hojas, sin arbustos ni maleza. Diáfano. Delicia suprema.
El final del descenso lo marca la pequeña ermita de Ntra.Sra. De los Remedios, que delimita el bosque frondoso con las vecinas laderas peladas y áridas por las que se asciende un corto pero intenso tramo, para acto seguido iniciar un nuevo descenso, también pronunciado pero más largo que la subida , que culmina en los aledaños del pueblo de Los Carabeos.
Invariablemente, como hace 22 años, la niebla acude puntual a su cita en este día y ha comenzado a sobrepasar las vecinas colinas del norte, entre ellas Somaloma, último punto de ascenso en nuestro peregrinar. El itinerario se cierra siguiendo cotas menos elevadas. Regresan al Santuario desde donde repicaron de buena mañana sus campanas los tonos de boda.
Es tarde y la vieja hospedería está en silencio. Una cocinera, una camarera y el hombre que cuida aquello, comen relajadamente en un pequeño comedor. La cocina está cerrada. Preguntamos si sería posible comer algo, estamos hambrientos. No dudan ni un segundo y amablemente nos ofrecen una ensalada y pollo asado con patatas fritas. Creo que es el mejor pollo asado que he comido en mi vida.
Así son las rutas por estas tierras, subir y bajar. No hay descanso…para los sentidos. Delicia suprema.
Espero que tu 22 aniversario de boda haya sido de tu agrado.
Las fotos en Flickr.
La ruta está sacada de esta santiago bbb: (olvidé conectar mi gps con los nervios de la boda)
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=9965636
Saludos bikernautas
Marter
Muchas felicidades para los dos!
Que sigáis disfrutando de estupendos parajes muuuuuchos años mas!
Un abrazo
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Gracias Nati. Igualmente!
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