E-Bikernautas

Empezamos el año visitando la Presa del Gasco, obra frustrada de ingeniería fluvial, que pretendía hacer de Madrid un puerto de mar con conexión al Atlántico. Mediante este proyecto, se pretendía realizar un canal navegable de 771 km, que, salvando un desnivel de 700 m.  hubiese unido fluvialmente la Submeseta Sur con el Océano Atlántico, comunicando las aguas de cuatro ríos principales: el Guadarrama (su punto de origen), el Manzanares (a la altura de Madrid, villa y Corte), el Tajo (a su paso por Aranjuez, Real Sitio) y el Guadalquivir (por Sevilla). Madrid y Aranjuez, reales sitios, estarían unidos por una vía más rápida que la terrestre, y ambos con Sevilla, desde donde se llegaría fácilmente al océano, dada la navegabilidad del Guadalquivir en ese tramo. Sin embargo, este capricho borbónico, se topó con todo tipo de dificultades que dieron al traste con semejante proyecto: El suicidio del ingeniero Carlos Lemaur, (su creador), las deudas económicas y los pleitos entre la familia y el banco, una epidemia de paludismo que diezmó a sus obreros, (presos la mayoría para abaratar costes). Y la gota que colmó el vaso,  el derrumbe de parte del muro frontal de la presa, tras una fuerte tormenta, en pleno proceso de construcción. Esto evitó lo que pudo ser una tragedia de dimensiones colosales de haber culminado el proyecto y embalsado semejante volumen de agua. La presa estaba mal proyectada y la fragilidad de los materiales de relleno no hubieran aguantado la presión y el dique de contención hubiera reventado, arrasando todo el valle de la Cuenca  Media del Guadarrama. Ahora permanece abandonada, olvidada, dividiendo los valles, desconocida para muchos madrileños, esperando ser engullida por la vegetación, como en las novelas de realismo mágico de Isabel Allende.

Como ya hemos visto en otras de nuestras rutas anteriores, las guerras, la falta de previsión de futuro de reyes y políticos y los avances tecnológicos, dejaban obsoletos, inacabados y olvidados estos proyectos. Claros ejemplos son: La vía férrera del tren de los 40 días (construido y desmantelado tras la contienda de la guerra civil), El ferrocarril del Alberche (que nunca llegó a funcionar), El canal de Castilla,(desbancado tras cien años de obras por el impulso de la máquina de vapor) , el Estadio Olímpico del Atleti ( ejem ejem) ; )…etc.

Hoy en día también tenemos claros ejemplos de esta falta de previsión por parte de nuestros gobernantes «disparando con pólvora del rey» a la hora de gestionar alegremente dinero ajeno.  Aeropuertos fantasma, polideportivos inoperativos, autopistas duplicadas… casi mejor retomo la crónica de mi ruta por Las Rozas, no quiero sufrir un ataque de ira!

40 kilómetros totales de una preciosa ruta para ser disfrutada sin prisas. No tiene  complicaciones en cuanto a desniveles o técnica.

Salida desde el parking del centro comercial Carrefour en Las Rozas, bordeando la estación de tren y recorriendo los caminos de las Ceudas, por la Cuenca Alta del Manzanares,  a tiro de piedra de los límites del Pardo, cuyos dedos se extienden y alargan aprovechando los cursos de arroyos, llegando hasta  la vía férrea que corta su avance sin piedad.

Al sobrepasar la estación de Las Matas, donde vemos las plantas de ensamblaje del TALGO, atravesamos el encinar de las Rozas . Este tramo de ocho kilómetros por los senderos del canal, hasta alcanzar la presa del Gasco,  es a mi gusto la parte más bonita del itinerario,  rodando por las laderas entre encinas, enebros, fresnos, chopos y sauces, que por momentos te hacen pensar en paisajes más propios de la cornisa cantábrica.  Cabe la posibilidad de recorrer este tramo sobre la parte alta del canal o bien por un pequeño sendero que discurre paralelo durante todo el trayecto, aunque en épocas de lluvias quizá esté algo embarrado.

Un bonito bosque de pinos cuyo suelo está teñido del color rojo de las cortezas de sus troncos y agujas,  anuncia las primeras estampas de la grandiosa presa. En la distancia podemos contemplarla en su totalidad y luego  avanzamos hasta pisar sus muros por una bonita y estrecha bajada de rocas, que pone a prueba el sentido del equilibrio de Mary. Como dice ella, «vaya andurriales por los que me traes». Ya sobre el muro, nos asomamos imprudentes al borde del precipicio para sentir el vértigo de sus 53 metros casi verticales. Dos gráciles y atléticos corredores de rápidos y ágiles movimientos, aparecen de pronto y llegan hasta nosotros sin demostrar cansancio ninguno,  nos hacen la foto de grupo y de paso un selfie de ellos mismos. Un saludo si encontrasteis el blog y estáis leyéndolo.

Las nubes no nos permitieron esa mañana ver las montañas de La Maliciosa y la Bola del Mundo, amenazaba lluvia o nieve o aguanieve, así que desandamos lo andado y subimos hasta otras ruinas, las de la casa de Isabela, que por lo que he podido averiguar, se incendió hace 25 años. Nos costó encontrar el camino de bajada, así que el track estará enredado en ese punto, un sendero de tres kilómetros, muy divertido, nos baja hasta el Molino de La Hoz,  un club social con casas de poderío económico. Frente a la pequeña presa y tras sortear una valla metálica junto a dos motoristas, reponemos energías para afrontar los próximos 10 kilómetros alcanzando aquí el punto más bajo de Parque regional , alrededor de las riberas del río Guadarrama, una larga y estrecha franja, de gran valor ecológico y sin embargo sometido a gran presión demográfica.

Un túnel bajo la M-50 nos permite acceder a la Dehesa de Navalcarbón, donde recuerdo lugares familiares de mi primera marcha ciclista. Por sus cuidados caminos de arena, visitamos búnkers y trincheras y hacemos un divertido eslalon poniendo rumbo final a nuestro «Journey»; )

El track en Wikiloc:

http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=11868430

Las fotos en Flickr:

El vídeo en Vimeo:

Un saludo bikernautas

Marter