Hacía tiempo que mi cuñado tenía ganas de hacer esta ruta por el Cañón del Rudrón, así que intenté complacerlo y junto con Mary nos fuimos de ruta hacia esos parajes.
La ruta sobre el papel no tenía demasiada complicación, no era una distancia larga, el track no reflejaba grandes desniveles, ni tramos técnicos si exceptuamos una bajada hasta el río y un par de pasos expuestos por una balconada que se asomaba al cañón. Sin embargo acabamos fundidos. El intenso calor y la escasez de sombras durante la segunda mitad del recorrido hicieron que los últimos kilómetros se convirtieran en un calvario interminable de monótonas pistas de concentración parcelaria y conducciones de gas, que te desgastan y cocinan a fuego lento con el sube y baja de sus continuos repechos, alguno de ellos cortos, pero con porcentajes exigentes. Las venas martilleando las sienes bajo el casco y el aliento reseco tras cada bocanada de aire.
Pero prefiero quedarme con los buenos momentos de las rutas y qué duda cabe que un Cañón ha de tenerlos. Esta los tuvo.
La primera mitad de la ruta, desde la salida del pueblo de Barrio Pañizares, es una senda muy agradable para recorrer de buena mañana, desde lo más profundo del cañón. Poco a poco iremos ascendiendo hasta la parte alta y recorreremos sus balcones por estrechos pasos donde habrá que extremar las precauciones. A cambio obtendremos unas fantásticas panorámicas del paisaje como desde el mirador de La Churacada.
Recorreremos pequeños pueblos muy bien arreglados y bulliciosos durante el verano, gracias a la llegada de los numerosos veraneantes con sus familias. Y la joya del día, un descenso precioso durante kilómetro y medio desde el poblado abandonado de Ceniceros hasta el molino Rasgabragas, junto al río Rudrón. Ignorar el way point del kilómetro 5,9 y tomar el desvío unos metros antes, desde Ceniceros. Han limpiado el camino desde aquí por una reciente marcha ciclista. Espectacular. Esta senda alterna zonas de monte bajo con nuevos balcones de roca sobre el cañón y de nuevo vuelve a introducirse en un tubo de vegetación a medida q nos acercamos al fondo del mismo. Para mi gusto, esta bajada compensa el resto de penalidades de la ruta. Se puede llegar hasta el fondo del cañón por una pista más asequible, dando un rodeo, pero recomiendo hacerlo por aquí, aunque sea desmontando de la bici.
Desde aquí seguimos el curso del Rudrón siguiendo sus hoces, por una fresca vereda rebosante de vegetación, hasta acceder de nuevo a la parte alta en los bonitos pueblos de Moradillo del Castillo y posteriormente Santa Coloma del Rudrón. He de decir q todos los pueblos de la ruta poseen fuentes, todas ellas señalizadas en el track, con el agua más fresca q podáis imaginar, incluso en pleno verano como es el caso.
El paso del río marca la segunda parte del recorrido, mucho menos atractivo y mucho más desprotegido del calor. No quiero olvidar las colonias de buitres que dominan estas tierras y que amenazantes, se posaban en mitad del camino. Impresiona ver su envergadura a tan corta distancia. Me pregunto si intuían que las fuerzas flojeaban y por ese motivo se acercaban tanto.
Tampoco quiero olvidar la bonita bajada al más puro estilo montaraz, por el robledal de La Montañesa hasta Prádanos del Tozo. A partir de aquí tocaba subir hasta Hoyo del Tozo y un empuja bike final por un cuestón inciclable de piedra suelta que agotó nuestras últimas fuerzas. Desde ese punto, tan solo restaban 1,2 km hasta el lugar donde dejamos aparcados los coches seis horas antes, junto al río en el que nos dimos un baño para tonificar las agotadas piernas y paliar el sofocón en las congeladas aguas del Rudrón.
La ruta en Wikiloc:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=14346371
Las fotos en Flickr:
https://www.flickr.com/gp/129018704@N02/5BQ70N
El video
saludos Bikernautas.
Marter
Muy guapa… Enhorabuena!
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La primera parte es una gozada de bonita. La segunda sin ese calor será más llevadera.
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