«La magia existe. Pero sólo aquellos que la persiguen logran contemplarla».
Salida desde el 1er Parking del chiringuito Nuestra Sra. de Fátima, junto al embalse de la Jarosa, donde finalizaremos la ruta 4 horas y media más tarde, con una buena tortilla de patatas y unas jarras de cerveza a buen precio y con un trato amable y rápido. Calentamos un poco las piernas circulando por el sendero paralelos a la carretera durante 1,5 km. para iniciar la larga ascensión de 5 km, alternando carretera en mal estado, pista de tierra y un senderos muy bonito el llamado Senda del Agua, (podéis ver el vídeo del camino en sentido descendente en este enlace: https://vimeo.com/193614968). Subimos hasta encontrar la amplia pista forestal del Vía Crucis, donde paradójicamente nosotros nos tomamos un respiro antes de continuar hacia atravesar la verja fronteriza que separa la Comunidad de Madrid de Castilla y León. Desde este punto es cara norte por lo que el frío y el viento serán mucho más intensos, tanto que las tijas telescópicas están congeladas y alguna no funcionan correctamente. Hay que sujetarla con bridas para iniciar un poco más adelante la primera bajada hasta la Cañada Real Leonesa. Breve descenso por terreno muy congelado pero fácil de hacer.
En la puerta del camino de La peña del Águila iniciamos la segunda ascensión hasta el Collado del Hornillo. En el track obviar el erróneo atajo del PK. 12,5 a 12,7. Es un empujabike inútil, escalando una pronunciada ladera, tratando de acortar las zetas de la pista. El grupo se disgregó y tocó esperar para reagruparnos. Estábamos empapados de sudor por el esfuerzo y no encontramos un lugar donde cobijarnos del fuerte viento y la nieve que este arrastraba. Empezamos a sentir frío mientras comimos algo para reponernos. Mejor continuar por la pista.
Una vez todos juntos, iniciamos una breve subida por carretera hasta el Collado de La Cierva, allí bandonamos la carretera congelada en un giro de 180º y seguimos el cordal sin traspasar la puerta metálica, hasta Refugio de La Salamanca por un pedregoso camino inciclable entre pinos y retamas, desdibujado por la nieve caída y difícil de seguir.
Sin embargo, el estrecho paso entre los pinos cubiertos de las características cencelladas que dejan la densa niebla y el viento al juntarse con temperaturas bajo cero sobre superficies duras, otorgaban un aspecto fantasmagórico al paisaje.
Una silueta traslúcida tras la cortina de niebla nos anuncia que llegamos al famoso refugio de La Salamanca. Abandonado y sin tejado, sus fuertes muros de piedra nos ofrece un buen cobijo ante el intenso viento del norte que comenzó a soplar con más fuerza.
Un nuevo momento inolvidable tiene lugar entonces. El viento barre de un plumazo la espesa bruma, y aparece ante nosotros un sol brillante, iluminando y mostrando el esplendor de todo el valle hasta las inconfundibles torres de Madrid. Aprovechamos el momento y nos lanzamos sin descanso por el cordal del GR-10, un empinado cauce de piedras de todos los tamaños que causan algún desgobierno en el manejo de la bici dando con ella por el suelo, pero sin consecuencias.
Primer reagrupamiento junto a la alambrada que da paso a la verdadera bajada del día, El DH2000. Mi primera ruta de enduro, el día que probé el verdadero jamón, mi primer e irremisible paso al lado oscuro, el día que mudé las lycras por baggys, que desanclé automáticamente las calas por amplias plataformas, que muté la liviana aerodinámica por voluminosos y pesados integrales y protecciones. Sin embargo algo sigue acompañándome aún; mi querida Espe, polivalente como ninguna, ayer se portó como una bestia parda infatigable, indestructible aunque deseperadamente delicada en su elegancia, surfeando las pedroleras sin perder la trazada, infalible en los drops, ágil en los peraltes. Cada vez que pienso en sustituirla vuelve a hacerme sonreir.
Pues eso es DH2000 una de las bajadas más completas que te puedes encontrar en la sierra. Repleta de todo tipo de pedruscos, rocas, escalones, escorrenteras, peraltes y todo lo que puedas desear para hacer una bajada ténica y muy divertida.
Al llegar a la pista nos tomamos un respiro circulando por ella durante kilómetro y medio hasta abandonarla para tomar a mano derecha un nuevo sendero llamado Senda Crato que bordea el Cerro de los Hornillos y nos deja junto al Embalse de La Jarosa. Final de ruta, y recompensa final a tanto frío.
El track de la ruta:
https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=16117332
La fotos en Flickr:
Saludos bikernautas.
Marter
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