Hay rutas que perduran en el recuerdo por su dureza, climatología, los paisajes o por las risas de ese día . Esta es una de esas que no se olvidarán nunca y no por ser una ruta especialmente exigente, tampoco tuvimos una temperatura extrema, pero si que tuvimos unas panorámicas distintas del valle gracias a la nieve y además nos reímos y mucho.
Salimos de Lozoya con el mal augurio de un senderista pronosticando montones de nieve helada por la ladera norte de la montaña que pretendíamos subir. Se nota que no conoce la determinación de los ciclistas. Nos habíamos propuesto subir hasta la cima de La Cachiporrilla y lo conseguimos. También es cierto que nos propusimos bajar hasta el embalse en línea recta por un tramo más potente, pero ahí nos dimos de bruces con la realidad y se impuso el sentido común. Bajaríamos por Canencia y acertamos.
Los primeros siete kilómetros recorren la orilla del embalse de Pinilla hasta llegar al pueblo de Pinilla del Valle, donde cruzamos la cola del pantano por el puente que nos depositará en la pista donde iniciamos la escalada hasta la cima. Las primeras rampas del PR-28 aún están limpias de nieve y son asequibles, aunque crujen debido a la capa de hielo que las cubre. Tras las primeras zetas, la nieve hace acto de presencia en el piso poco a poco, como aventuró nuestro amigo el senderista y frena nuestro rodar fluido, que no nuestro ánimo de conquistar la cima. Cada uno a su ritmo, vamos ganando metros a la ascensión y contemplando los bonitos paisajes nevados que vamos dejando cada vez más abajo. En general no es una subida dura de grandes porcentajes, sin el freno de la nieve se haría sin demasiado sufrimiento hasta el punto en el que la pista termina y comienza un exigente empujabike de 200 metros hasta llegar al cordal.
Recordamos en ese momento nuestro paso por ese mismo punto en el mes de octubre, la ruta llamada Cresteando por Canencia, con la hierba completamente agostada por el calor y las desafiantes vacas protegiendo a sus terneros. Nos dimos un buen respiro arriba y nos felicitamos por tener la suerte de contemplar este magnífico valle nevado en un día tan soleado y despejado.
Ahora llegaba la parte más divertida. Atravesamos un pequeño muro de piedras y tras seguir erráticos un rastro de huellas entre las zarzas y escobas , encontramos el camino, oculto bajo la nieve. Una gozada indescriptible lanzarte ladera abajo por un manto de nieve virgen, sin sorpresas de pedrolos o ramas escondidas. Tan solo algún derrape que provocaría algún revolcón por la nieve. Enseguida encontraríamos una pista amplia, también cubierta de nieve que nos permitía rodar aún más rápido, a costa de cruzar las bicis en las curvas al más puro estilo Dirt Track. Muy divertido.
Atravesamos Canencia entre cascadas de hielo y el olor de las raciones y los vermuts del mediodía. La nieve desaparece del PR-29 dejando paso al barro que salpica las bicis y nuestra ropa. En esta zona existen varios puentes romanos, nosotros nos topamos con dos. El Puente Canto el primero de ellos y más adelante el espectacular Puente Congosto, donde nos detuvimos largo tiempo para fotografiar el paso del Lozoya encajonado entre sus paredes.
Desde aquí restaba un pequeño trecho hasta llegar hasta la carretera que nos conduce finalmente al punto de partida en el centro de Lozoya, donde nos regalamos un merecido homenaje recordando los mejores momentos de la ruta que acabábamos de finalizar.
César, te fuiste antes de tiempo y no pudimos hacer la danza final.
Las fotos en Flickr:
El track en Wikiloc:
https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=16185465
El Vídeo en YouTube y Vimeo:
Saludos Bikernautas.
Marter
Mañana divertidisima en Lozoya, genial montaje Manolo un 10 para ti. La próxima más y mejor
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Gracias Paco. Me dais mucho material para las crónicas y los vídeos.
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