-Este sábado queremos una ruta con chicha! -me pedían las damas con ganas de jaleo.
-A mandar que p’a eso estamos señoritas! Repliqué yo al estilo de La Regula en Los Santos Inocentes.
Y así sucedió.
Salimos desde el Restautante La Horizontal, una mañana de sábado primaveral, rozando los 17º y las capas de ropa estorbando en la ascensión por las zetas de la Penosilla. Subida alternativa a las famosas 16 zetas de anteriores ocasiones, que no había hecho antes y que me dejó un par de buenos miradores desde donde recuperar el aliento y admirar la famosa parrilla del Escorial.
La llegada al puerto de Malagón no la suaviza ninguna ruta alternativa y sus últimos metros siempre se agarran a las piernas. Una vez allí, llaneamos hasta el desvío a mano derecha, donde cambiamos el asfalto bacheado y roto (a causa de la negligencia de las administraciones en su mantenimiento), por la tierra descarnada a causa del duro invierno. Repito, duro invierno, no a causa de la erosión ciclista, que últimamente parece tener la culpa de la muerte de Manolete. Por cierto, que mala imagen da ver vehículos a motor circulando por las pistas en medio de los montes. Puestos a prohibir, no sería más eficaz limitar el acceso de coches? Lo siento, estoy muy cabreado con las últimas noticias respecto a las medidas de conservación del Parque. Incongruencias no.
Prosigo. El tramo desde la fuente de Cervunal hasta el geodésico de Abantos se puede hacer sin poner pie a tierra, a pesar de que había zonas de hielo y la tierra estaba muy reblandecida por el agua. El geodésico estaba en hora punta cuando llegamos. decenas de senderistas madrugadores habían tomado posiciones en el y contemplaban sin prisas, bajo el cálido sol de febrero, el espectáculo que tenían bajo sus pies. Nosotros los imitamos brevemente, porque el momento lo requería y de buena gana nos hubiéramos quedado allí con ellos más tiempo. Pero nos quedaba por ver lo mejor de la ruta.
Nos cubrimos con las protecciones y cascos y enfilamos el pedregoso GR-10, en paralelo a la tapia que delimita el Valle de los Caídos. Cuatro kilómetros que aparentaban ser en bajada y que sin embargo sorprenden con un par de repechos que te obligan a apretar los dientes.
A medida que nos acercamos hacia el lado segoviano, hace acto de presencia la nieve. El deshielo ha formado profundas roderas de agua por las que circulamos, sintiendo como el spray que generan nuestras ruedas, nos empapan el culo con agua y barro helados.
Un nuevo repecho y tras el, la nieve helada cubre todo el paso. Sin embargo observamos que podemos rodar sobre ella con más facilidad que por los caminos. Y nos lanzamos monte abajo, no sin algún resbalón sin importancia.
La llegada al refugio de La Naranjera coincide con una excursión de varias decenas de personas que caminan a voluntad entre los árboles. Puede que ese tipo de turismo degrade, erosione o cause impacto en el medio ambiente o sólo los ciclistas de marchas organizadas dejan envoltorios por los caminos? No me quedé para ver si ese grupo recogía y se llevaba consigo todos los envases de plástico que consumían, así que no diré nada al respecto, pero no es la primera vez que encontramos bolsas de plástico repletas de botellas de litro y medio vacías y tiradas, papel de aluminio para envolver los bocadillos, kleenex usados..etc.
Prosigo.Nos hicimos la foto de rigor frente al refugio. Esta es una ruta que no puede faltar en el curriculum de un ciclista que se precie. La bajada la hicimos por el mismo GR-10 en dirección al área recreativa de La fuente de Las Negras. Una bajada entre piedras, exigente y revirada que te exige toda la destreza en un par de puntos. A partir de ahí suaviza y se hace asequible para todos los públicos. Muy divertida.
Desde la fuente se toma la carretera de subida hasta el puerto de Malagón, desde donde enlazamos la veloz trialera Larios, que abandonamos durante un buen trecho para tomar la preciosa Ewoks, que vuelve a enlazar con Larios a modo de cortafuegos o pedregal. Cruzamos una cancela y entramos en la pista que nos llema al Camino Horizontal donde se encuentra el restaurante en el que dejamos solitario el coche por la mañana, pero a estas horas abarrotado y con aparcacoches buscando un hueco libre para los que siguen llegando. Nosotros nos cambiamos y nos tomamos unas buenas jarras de cerveza y unas escandalosas patatas revolconas con pulpo braseado que nos supieron a gloria. Lástima no encontrar una mesa en la terraza par poder degustar ese momento con más tranquilidad.
P.D: La canción Saturday Girl se la dedico a nuestra compi Nany, que tan sólo tiene posibilidad de montar los sábados mientras realiza su curso de masajista. Ánimo, ya queda menos!
Creo que la ruta tuvo suficiente chicha y limoná como para quedar satisfechas las damas ; )
Las fotos en Flickr:
El Track en Wikiloc:
https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=16548183
El Vídeo
Saludos Bikernautas
Marter.
Deja una respuesta