Desde el reciente viaje a Ordesa, cada vez disfruto más las rutas de senderismo. Quizá deba añadir un nuevo apartado en en el blog.
A estas alturas, nunca mejor dicho, pocas son las montañas que nos quedan por conquistar en la Comunidad de Madrid, y Peñalara, la reina de todas con sus 2.428 metros sobre el nivel del mar, era una de ellas. Desde que llegamos a sus faldas por el lado segoviano en la preciosa ruta del chozo Arangüez, tenía la intención de coronar su cima. Cabe la excusa de que al ser Parque Natural y por lo tanto espacio protegido, el paso de bicicletas está terminantemente prohibido y tampoco está permitido abandonar estas sendas más que en invierno cuando la nieve tiene espesor suficiente y cubre toda la superficie. Esta es la razón por la cual aplazábamos una y otra vez el ascenso al techo de Madrid. Esperábamos la nieve.
La ruta apta para todos por sus fáciles accesos, en uno de los enclaves naturales más bellos de nuestra sierra. Una montaña cargada de historia, ya que fue lugar sagrado para los Arévacos, pueblo preromano de origen celtíbero que habitó la parte central de la Península Ibérica, famosos por ser los habitantes de Numancia durante su sitio por las legiones romanas.
Comenzamos desde el Puerto de Cotos, que recibe este nombre por sus características señalizaciones de piedra, llamados cotos, que ayudaban a los caminantes en los días de nieve. Desde el inicio en el Centro de Visitantes, el camino está señalizado con indicadores de RV-7.
Recorremos una pista ancha y llegamos al Mirador de la Gitana, donde un reloj solar marcaba la hora y una “orientadora” indicaba las diferentes cumbres de esta sierra. Ésta última es en honor al poeta granadino Federico García Lorca. Desde este Mirador pudimos apreciar las vistas a Cuerda Larga, el Alto de las Guarramillas, Cabezas de Hierro y la Loma del Noruego.
Llegando a mitad de camino hay un puente de madera sobre un arroyo que marca el cruce con otro camino hasta la «Laguna de los Pájaros» (RV8) , que decidimos dejar para una nueva visita.
Al llegar a la laguna divisas el Refugio Zabala, en la cima de la «Hermana Mayor», un refugio de montaña que data de 1927, construido de granito y hormigón, hoy sirve de estación meteorológica. La Laguna Grande de Peñalara, rodeada de piornos, enebros y gneis, esta laguna es de origen glaciar (esta hoya y su laguna fueron creadas por la acción glaciar en el Cuaternario hace más de 1,8 millones de años) . A esta cota, y en la ladera este, existe un circo y más de veinte pequeñas lagunas de origen glaciar donde viven más de diez especies de anfibios y otros animales de alta montaña. Aquí os detuvimos para tomar un breve almuerzo. Merece la pena sentarse en las grandes rocas que circundan la laguna, para contemplar el escenario que nos envuelve, así como los numerosos escaladores afanándose en escalar las paredes verticales.
Tras este descanso emprendemos la marcha bordeando la orilla norte de la Laguna, saltando entre grandes rocas hasta llegar al Refugio Zabala, creado en 1927 por la Sociedad de montañeros de Peñalara y situado en este Circo de Peñalara. Debe su nombre a José Fernández Zabala, uno de los redescubridores y amantes de la Sierra de Guadarrama.
Desde aquí, el camino de regreso es totalmente descendente, con algunos porcentajes de desnivel interesante.
Saludos Bikernautas.
Marter
Un día espectacular, lo pasamos bien.
La ruta muy bonita, merece la pena, la próxima con nieve.
Gracias por este día 😊
La crónica muy entretenida.
Un abrazo
Naty
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