Saludos Bikernautas:
Este año se celebra en Aguilar de Campoo una nueva exposición de Las Edades del Hombre, bajo el título de Mons Dei. Las Montañas de Dios. Esta exposición es un estrecho vínculo entre el hombre, la religión y las montañas a través del arte sacro, la pintura y la iconografía religiosa. Las montañas han sido veneradas en las grandes religiones como lugares sagrados donde el hombre experimenta lo «tremendo y fascinante» del Misterio. A ellas levanta sus ojos y dirige sus pasos buscando la unión con Dios. Los montes simbolizan la cima de la Creación Divina, la morada donde la revelación trasciende, el lugar donde están llamados los hombres para encontrarse con Él y alcanzar la perfección.
Este fue nuestro simbólico homenaje a las montañas: El ascenso a Peña Redonda.
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Historia de la cruz
La ascensión a Peña Redonda tiene su origen en el 16 de septiembre de 1902, cuando cientos de personas asistieron a la colocación de la primera cruz en la cima de la montaña. Entre los asistentes al acto estuvo presente el entonces obispo de Palencia, Enrique Álvarez. Sin embargo, aquella primera cruz permaneció en pie poco tiempo, ya que fue derribada por el fuerte viento.
La segunda cruz, la que actualmente corona la montaña, fue instalada gracias al esfuerzo del sacerdote José Aumente. El 29 de julio de 1984 se celebró un acto previo a la colocación de la cruz en el que participó el obispo Nicolás Castellanos junto a otras 400 personas y en el que se colocó la primera piedra para la construcción de la cruz. Poco después, el 5 de septiembre de 1984 el Papa Juan Pablo II bendecía en Roma la imagen de Nuestra Señora de las Cumbres que después se llevó a Peña Redonda.
La construcción de la cruz se inició los días 27 y 28 de octubre y fue preciso el apoyo de un helicóptero del ejército y de ocho militares desplazados desde La Rioja. Después de realizar casi 30 vuelos, el helicóptero subió hasta la montaña todo el material necesario para la construcción de la cruz, que tiene doce metros de altura y siete de anchura en sus brazos. El peso de la cruz es de dos toneladas.
Hoy hemos ascendido hasta la gran cruz a 1993 metros de altitud. Un desnivel de 981 metros en apenas 15 Km.
Comenzamos en San Martín de los Herreros (1081m.) cruzando el Valle Estrecho por un bonito camino de color rojo a cuyo lado serpentea el agua del Arroyo del Monte, pasando por unas tolvas mineras cuyo tejado ha sido reformado para preservarlas de las inclemencias y tras cruzar el arroyo, una antigua cantera de piedra roja.
Seguimos ascendiendo poco a poco, por el bonito Valle del Monte, con la imagen de Peña Redonda frente a nosotros. Dejamos a la izquierda un destartalado refugio donde pastan rebaños de caballos con sus potrillos y seguimos hasta llegar al Chozo de Brañosera, donde acaba la pista. Chozo ruinoso y pilón de fresquisima agua donde llenamos nuestras botellas a la ida y donde refrescamos nuestras fatigadas rodillas a la vuelta.
Tras esto, ascendemos ahora por bonitas praderas que van tomando mayor desnivel a cada paso y que solo somos conscientes de dicho desnivel cuando nos giramos para observar el camino andado.
Cruzamos una umbría de hayas donde se bifurcan los senderos y seguimos una estrecha senda de ciervos, donde nos emboscamos brevemente entre las ramas y helechos, repletas de gotas de lluvia de la noche anterior, que nos refrescan brazos y piernas a nuestro paso.
Llegamos al Collado Brañosera y faldeamos El Alto de Burrián en dirección oeste, un tramo más costoso ya que la senda aparece y desaparece por la ladera y debemos guiarnos por nuestro GPS y algunos hitos del camino. Las vistas comienzan a ser espectaculares.
Al alzar la vista buscando la salida al collado, un pequeño rebaño de ciervos cruza en fila de a uno frente a nuestras sorprendidas miradas.
Ésta empedrada y sinuosa senda, nos encamina a las praderas y los hoyones de la falda de Peña Redonda, invitándonos a subir por cualquier sitio.
Con la energía aportada por las pipas de calabaza, hacemos caso omiso del track y subimos directamente hacia la Peña por la empinadísima ladera con pendientes incluso hasta un 45% -50 %. Felizmente divisamos la serpenteante senda que viene de Villanueva de la Peña, por donde suben en romería el primer domingo de agosto.
Una vez que encontramos la senda, subimos por ella la fuerte pendiente que aún nos queda por un cómodo zigzag que lo hace más llevadero en el ascenso, pero que sufriremos en el momento de descenderlo.
Nada más llegar a la cima nos recibe un pequeño altar y una enorme cruz metálica sujeta con cables de acero para preservarla de los fuertes vientos, que completa con su tamaño los 2000 metros de altitud.
Un poco más adelante siguiendo la cresta, encontramos su geodésico a 1993m. Mientras dábamos cuenta de un buen bocata de jamón, pudimos contrastar el carácter fronterizo de esta cumbre entre las majestuosas montañas del norte y las infinitas planicies de la meseta castellana al sur.
Toca desandar el camino de regreso y lo que pareciera más sencillo, se convierte en un largo e interminable camino que puso a prueba nuestras rodillas hasta alcanzar el coche.
Un día espectacular por las Montañas de Dios.
Marter
Bien hilado, sí señor👏
No pudimos tener una mañana mejor para disfrutar de esta montaña palentina q poco a poco vamos descubriendo😉
Muchas risas con Carli y Chuchi.
Día redondo como la Peña 👌
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Preciosa ruta. Tmb mola el senderismo.
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Cuando bajé hace unos días por la A67 me acordé de ti a pasar por la zona ya que el paisaje era espectacular, tal y como se ve en esta ruta. Qué preciosidad de montañas!!!
Tengo pendiente pisar un día esa zona y conocer la montaña palentina.
Saludos.
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Precisamente hoy he conocido un poco mejor estas montañas y es impresionante lo que descubro. El lema de este pueblo reza asi: En Aguilar nadie es forastero ; )
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