Saludos Bikernautas:
Turismo en Almería
Al igual que hicimos el día de nuestra llegada, cuando recorrimos en un agradable paseo con nuestras bicis, la línea de costa desde San José hasta
El faro de El Cabo de Gata, Construido en 1863 para la seguridad de la navegación, se levantó sobre el patio central del Castillo de San Francisco de Paula, edificado en la primera mitad del siglo XVIII, durante el reinado de Felipe V, para la defensa de la costa del Reino de Granada. Se halla en el denominado por los romanos «promontorius charidemi», que podría traducirse como «promontorio de las Ágatas» debido a las piedras semipreciosas que se pueden encontrar en sus alrededores; éste podría ser el origen de la denominación de Cabo de Gata, que ya aparece como tal en el siglo XIV, desde donde se puede disfrutar de fantásticas vistas.
Torreón de Cabo de Gata es una atalaya militar del siglo XVIII situada en Cabo de Gata,
Iglesia de las Salinas de Cabo de Gata: Las explotaciones salineras de La Almadraba de Monteleva, existentes desde época romana, fueron enajenadas en 1872 por el estado y adquiridas en 1882 por una compañía francesa; más tarde pasó a la familia Acosta con el nombre de Salineras de Acosta. La nueva gestión de los Acosta trajo importantes beneficios que redundaron en el equipamiento urbano para los trabajadores salineros, construyéndose así la iglesia en 1907 para el culto religioso católico de los trabajadores de las salinas. Destaca por su estilo sóbrio y ecléctico, cánones que dominaban en la arquitectura de la época.
Finalmente disfrutamos tanto de un prematuro baño gracias al buen tiempo que tuvimos durante el fin de semana.
Inolvidable ración de callos de bacalao recomendada por el camarero del chiringuito, donde nos detuvimos a contemplar el mar.
El último día
También lo empleamos en recorrer por carreteras comarcales los pueblos más pintorescos como Lucainena de las Torres, que forma parte de la red de pueblos más bonitos de España o pueblos costeros que constituyen parte del Parque Natural de Cabo de Gata-. Pero esta vez y debido a la distancia, los visitamos en coche.
Nada más salir de Tabernas, entramos en una de las muchas almazaras para degustar el famoso aceite del desierto
Entre los pueblos visitados destacan Níjar y Mojácar
Sorprendente la imagen que observamos al coronar las peladas sierras que separan el desierto y contemplar, cómo el brillante mar de plástico sirve de preámbulo al auténtico mar azul de aguas tan cristalinas.
En Níjar “la primera impresión -agreste y un tanto inhospitalaria- que Níjar inspira al viajero que viene por el camino de Los Pipaces, se desvanece con la proximidad. Los alrededores de la villa son ásperos. La ladera del monte está escalonada de paratas. Frutales y almendros alternan sobre el ocre de los terrenos y los olivares se despeñan por las vegas, lo mismo que rebaños desbocados. Níjar se incrusta en los estribos de la sierra y sus casas parecen retener la luz del sol”.
En este agreste telón de fondo, Níjar emerge con sus casas cúbicas totalmente encaladas, magnífico ejemplo de la arquitectura tradicional almeriense. El conjunto urbano nos habla, sin tapujos, de un pasado morisco, como no podía ser de otra manera en esta zona de la península tan eminentemente mediterránea.
Visitamos su Atalaya, dominando la colina para avisar de la llegada de los
barcos invasores moriscos y también para alertar de posibles incendios.
Constituye el único elemento emergente de la antigua fortaleza árabe. Porciones de las murallas son visibles alrededor de la torre, quizás restos del tapial que se mandó construir al tener que defender la zona frente a las incursiones de corsarios y bereberes. Su silueta es hoy el símbolo del escudo del municipio.

A sus pies se extiende un bonito pueblo apiñado en forma de panal, de sinuosas y empinadas calles encaladas, que los vecinos tienen obligación de pintar una vez al año.
Por la costa llegamos hasta Mojacar.
Pueblo eminentemente turístico, con playas kilométricas de arena y urbanizaciones. El viento reinante ese día nos impidió volver a pasar el día en la playa, pero a cambio descubrimos un Mojácar auténtico, alejado del mar.
Mojácar, cuyo nombre deriva de «Monxacar» que significa Monte Sagrado, posee una historia de mil años.
La amalgama de blancas casas, arremolinadas y colgadas de la última estribación de la Sierra de Cabrera se muestra imponente y una vez dentro del laberinto, se descubre una belleza más íntima entre sus calles estrechas, adornadas de flores de intensos colores que resaltan en el blanco de sus casas y el intenso azul del cielo.
Cada rincón nos cautiva, nos traslada a su pasado árabe.
Mojácar es protagonista de un episodio peculiar pero significativo. En 1488, cuando todas las ciudades de la región se habían rendido frente a la conquista de los Reyes Católicos, Alavez, el gobernante árabe de Mojácar, se negó a entregar la ciudad.Cuando le preguntaron por qué no se había presentado en una reunión celebrada en Fuente Mora (la fuente morisca de la ciudad), él dijo que era tan español como los Reyes Católicos, y que nunca quiso participar en una guerra contra los cristianos. Además añadió que quería que los habitantes de Mojácar fueran tratados como hermanos y no como enemigos, permitiéndoles así cultivar las tierras y gobernar la ciudad. El rey Fernando y la reina Isabel estuvieron de acuerdo y aceptaron el compromiso de lealtad de Alavez y la ciudad siguió prosperando.
y por supuesto de un delicioso menú muy bien elaborado.
Nos quedamos con ganas de explorar el verdadero desierto en 4×4 y visitar las recreaciones de los decorados que Hollywood creó para rodar cerca de 300 películas. El desierto de Tabernas fue la «capital» del spaghetti western o western italiano de los años 60 y 70, aunque también se rodaron muchos westerns estadounidenses. Los western más famosos rodados en este desierto son los de Sergio Leone con la mítica Trilogía del dólar con Clint Eastwood como protagonista: Por un puñado de dólares (1964), La muerte tenía un precio (1965) y El bueno, el feo y el malo (1966). También destacan las películas como: Hasta que llegó su hora -protagonizada por Henry Fonda, Charles Bronson, Jason Robards y Claudia Cardinale- y Sol rojo, que se rodó parcialmente en el desierto de Tabernas y en la que participaron Charles Bronson y Toshiro Mifune. Pero además de westerns, en el desierto de Tabernas se han rodado muchas películas de otros géneros, entre las que destacan: Lawrence de Arabia (1962), Cleopatra (1963), Patton (1970), Conan el Bárbaro (1982) o Indiana Jones y la última cruzada (1989).
El resto de fotos:
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Gracias por dedicarnos tu tiempo.
Marter
No pensaba que ibas a hacer crónica del turismo que hicimos por Almería, pero me alegro. Está llena de curiosidades y mucha historia que aprender👍
Hasta que no vas a los sitios no puedes juzgar por ti mismo. Mi idea de Almería ha cambiado con este viaje. Antes pasaba desapercibida y ahora la considero totalmente recomendable 👌
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Al igual que pasó en el Bierzo, los fines de semana con la bici, nos permiten hacer otro tipo de turismo y conocer los lugares más típicos y los menos conocidos. Besos
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Sin duda mi destino playero favorito. No he visto calas más bonitas en mi vida. Cuando volváis tenéis que comer (si nunca habéis estado) en el restaurante El Faro justo antes de llegar al Cabo de Gata y después daros un baño en la playa del Corralete. Los arroces que se curran son increíbles.
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Doy fe de las calas y el color cristalino de sus aguas. Tomo nota del restaurante. Gracias Legi
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Opino igual.
Playas y calas increíbles.
Yo también me llevé una grata sorpresa a visitar el Cabo de Gata hace unos años.
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Lo llamaremos Cabo de «Grata» 😜
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