E-Bikernautas

Cuando parecía que ya conocías todos los andurriales de la Sierra de Guadarrama, aparece otro más. Y seguro que no es el último.

Hay que atravesar por un conocido Calvario hasta llegar al inicio de la Senda Talus. En mi caso Calvario y medio por perder una de mis protecciones al inicio del ascenso y bajar a buscarla hasta la misma puerta de inicio. En condiciones normales, la hubiera dado por perdida, puesto que volver a desandar todo lo subido, suponía un esfuerzo superior al valor de una codera.

Peeeeroooo….tenía junto a mi la flamante Cube Stero Hybrid 160 SL de Mary, con la que subir «Calvarios» se convierte en auténticos «Edenes de placer» ; ) Bajar y subir sin sentir que cada pedalada te cuesta un alvéolo o un riñón. En fin, si me moría de impaciencia por recibir mi E-bike, una razón más para desesperar. Qué gozada de bici!

Podíamos haber elegido caminos menos exigentes, incluso haber utilizado remontes para llegar hasta Navacerrada sin esfuerzo, hablo del resto del grupo, (a ella la hubiera dado igual ). Este camino me pareció una buena toma de contacto para que estrenase su bici por un zona más técnica y flipase con las prestaciones que la ofrecería su nueva montura. Además no hubiéramos conocido a Jorge, un joven al que aún le sobran watios en las piernas para tratar de mantener el ritmo de una ebike. Nos acompañó buena parte del día, entre otros motivos por no desconocer la Sierra de Madrid y en parte porque se debió sentir a gusto entre quienes podrán ser sus padres. jajaja. Hasta que sonó su toque de retirada/hora de comer. Y se fue volando. Ya conocéis el refrán. Quién con adultos monta…tarde come o tiene bronca;) Perdón por la licencia.

Tras este Calvario light para alguna, ejem, ejem…atacamos lo que veníamos a atacar:

La Talus.

El comienzo de esta senda empiza en Navacerrada. Es rápido, pedregoso y su inicio es engañoso. Hemos bajado a 49Km/h, me decía Jorge con una sonrisa en la cara. Era su primera ruta por Guadarrama y creía que había tomado una buena decisión cambiando El Whistler por La Talus, cosa que yo también pienso si te gustan los trails menos convencionales. Pronto nos daríamos cuenta que esos primeros metros eran un espejismo y que aún quedaba pelear un poco más. Al poco tiempo, el camino se vuelve revirado, trabado y rompepiernas, sin ritmo. Toca empujar las bicis en tramos cortos, hasta llegar a un arroyo seco. El peso de la E-bike penaliza un poco para sortear árboles caídos y repentinos cambios de nivel que se esconden tras la densa vegetación. Hay que levantar 24 kilos. Pros y contras de las E-bikes. Menos mal que Toño se presta a ayudar a las damas, como un caballero que es, mientras yo me dedico despreocupadamente a perseguir entre bunnys y cabriolas «la eterna juventud» ; )

Hasta aquí todo lo negativo, por decirlo de alguna manera, porque toda la ruta en si es un rutón. Ahora comienza lo bueno. Desde el arroyo seco, que mencionaba antes, comienza la parte más divertida, rápida, empinada y técnica de la ruta. Una sucesión ininterrumpida hasta el final de tramos flow, desnivel, drops naturales de roca o árboles caídos y un par de pasos rocosos que es mejor estudiarlos antes de tirarte si vas «a vista» como en nuestro caso. Cuestión de fe.

Casi 5 km. sin desperdicio hasta el coche.

Sin más os dejo con el vídeo de la bajada. A mi me ha encantado.

Lamento haber perdido el archivo de vídeo con los comentarios y las nuevas sensaciones de Mary a cerca de su bici sobre el terreno. Creo que hubieran sido muy útiles para quienes están indecis@s en dar el paso hacia «la luz». Para la próxima.

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