Saludos Bikernautas.
Oh cielos! Acabo de darme cuenta de que la última ruta del 2020 fue la Ruta de La Marmota!!! Espero que no sea un mal presagio y nos veamos envueltos en un horrible e interminable Día de la Marmota y un bucle de «dosmilveintes» repletos de pandemias, confinamientos y muerte.
De momento, desde que tenemos las E-bikes, estamos en modo revival y todas las rutas que hemos hecho hasta la fecha son repeticiones de salidas anteriores, algo que no nunca solíamos hacer, puesto que nos gusta descubrir y conocer nuevos lugares en cada recorrido. Posiblemente subyace una especie de comprobación inconsciente de qué ventajas nos aportan las bicis eléctricas en comparación de las bicis antiguas (si me permitís la expresión). No cabe duda de que las restricciones de movilidad y estar confinados en la Comunidad de Madrid también debe de influir en este aspecto, pues nos reduce las posibilidades de encontrar novedades. Aunque siempre aparece alguna sorpresa nueva, como ocurrió en esta ocasión. El camino de regreso por el margen opuesto del Río Manzanares fue una inesperada delicia .
Tan solo llevamos tres salidas con ellas y creo que ya podemos asegurar, tanto Mary como yo, que las ventajas son todas! No me refiero al mero hecho de cansarnos más o menos dando pedales, puesto que eso es algo que cada uno decide, en función de la asistencia que quiere pedir a su motor. Me refiero más a la multitud de opciones que se abren gracias a esa asistencia.
Me explico:
1-Sentido horario, sentido antihorario:
Ya nos nos preocupamos tanto del sentido en el que hemos de hacer la ruta. Siempre que planificábamos un recorrido nuevo o si lo descargábamos de algún usuario desconocido en territorio igual de desconocido, teníamos la incertidumbre de si lo haríamos correctamente o acabaríamos en un empuja-bike mortal, como en más de una ocasión nos ha ocurrido. Recientemente lo hicimos adrede y el resultado no pudo ser más satisfactorio. El Pico Tres Provincias en sentido horario y como extra bonus toda la cuerda hasta la Cebollera Nueva. Unas vistas espectaculares!
2–Final de ruta siempre en descenso:
La manida frase del terminar en bajada con una sonrisa en la cara….ya no tiene ningún valor. La empinada, larga, técnica y divertidísima Colada de los Gallegos es una trialera de subida o de bajada o de ambas, como fue en nuestro caso, que nos dejó exactamente la misma sonrisa que si de un largo descenso final se tratara. Nunca pensé que podría llegar a decir que subir es divertido.
3-No hay un único camino:
Cuántas veces he pensado, a medida que recorría una pista, dónde conducirá ese pequeño sendero que se cuela entre los árboles y que no aparece en los mapas? Cuántas veces me habré quedado con la duda, por miedo a «enriscarme» o «enmarañarme» y tener que desandar lo «explorado». Ahora me atrevo a cartografiar el mundo sin dudarlo. Y si me equivoco….regreso a lo conocido. O mejor aún, encuentro otro nuevo sendero de vuelta, que tampoco figura en los mapas. Esta es para mi gusto la mayor virtud de las E-bikes.
4-Una ruta día si, día también ; )
Mi reloj ya no me indica que mi tiempo de recuperación serán 29 horas hasta la siguiente actividad ; )
5-Contras :(
Hasta ahora no hemos hecho ninguna ruta de cicloalpinismo. Quizá ese día tendré que escribir aquí que la bici pesa demasiado para portearla.
La ruta en cuestión:
Desde el pueblo de Colmenar Viejo iniciamos un largo descenso por una preciosa trialera conocida como Los Gallegos. Tras 4.5 Km. de descenso frenético llegamos a otro famoso puente medieval. El Puente del Batán.
Giramos a la izquierda para seguir el curso del Río Manzanares por el exigente sendero de La Colada de Las Huelgas hasta El Puente del Nuevo Grajal tras pasar La Presa del Grajal.
Allí tomamos un precioso sendero de ascenso por el cordel de Hoyo de Manzanares, atrochando la carretera M-618 para tomar posteriormente una larga pista que nos conduce desde Los Batanes hasta el divertido y revirado sendero que llega al Puente de La Marmota. Este punto será el más bajo de toda la jornada, lo que significa que tendremos que volver a remontar el divertido y revirado sendero hasta la pista. No importa. Ahora subirlo sigue siendo igual de divertido.




La pista nos conduce a otra larguísima y rectilínea pista de un par de kilómetros. Tras un giro de 90º entramos en lo que hasta entonces era desconocido para nosotros y que nos sorprendió muy favorablemente. Emprendemos una nueva bajada, por el sendero en La Cañada de Matamuñoz, hasta cruzar la M-618. al otro lado nos aguarda La Cañada del Zahurdón que empalma con El Cordel de Cantalojas . Otra sucesión de sendas muy divertidas y con varios pasos técnicos para poner a prueba talento y mecánicas.




Este cordel nos devuelve al Puente del Batán y de nuevo a La Colada de Los Gallegos pero en sentido inverso, es decir de ascenso, algo que nos deja una una enorme sonrisa como ya os he contado en el Punto 2 de esta crónica.
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Gracias por ver, compartir o comentar lo que os parece.
El track de la ruta:
El vídeo de la ruta:
En esta ocasión tomo prestado el vídeo que grabó Sergio de LCVmountainbike . Muchas gracias, nunca me había visto tanto tiempo en pantalla!!!
Marter
Muchas más ventajas que inconvenientes, sin lugar a duda 💪
Qué bien bajas y qué vídeo tan chulo grabó Sergio 👏👏
Encantada de haber hecho esa ruta, con esta bici se ve todo de otro color 😍
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Hablando de bajar. Tú empiezas a darme miedo ya. Con lo tranquilo q iba antes…te estás atreviendo mucho. 💪
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