Saludos E-bikernautas:
Dónde mejor realizar un sueño que en el Valle de Los Sueños?
Estaba convencido de que se podía hacer y casi dos años más tarde volvimos a Puebla de la Sierra, para acometer el ascenso a La Peña de La Cabra…en bicicleta!!!
Desde el geodésico de esta bonita montaña divisamos un 25 de junio del 2020 una serie de senderos que parecían tener un inicio en Puebla de la Sierra y un final en dicha peña. Pero no encontraba el tramo final que uniese la base de la Peña con la sucesión de collados y cerros que divisábamos desde las alturas, y las escarpadas paredes de esta cima, no invitaban a aventurarse a bajar por ellas, por riesgo a enriscarnos. Un track de senderismo y un poco de intuición me devolvieron la motivación de intentar el asalto de esa cima.
Esta es la crónica de esta ruta:
Da un poco de pereza llegar a Puebla de la Sierra desde Madrid. No está demasiado lejos, pero sus reviradas carreteras demoran el viaje en hora y media. Sin embargo, los paisajes que encontramos durante el viaje y las posibles rutas que se pueden realizar en la zona bien merecen ese «esfuerzo». Para nosotros esta era la tercera ocasión que visitábamos este pueblo. Anteriormente hicimos una ruta de senderismo y otra en bicicleta, siguiendo el GR-88. Una ruta mucho más cañera que la de esta crónica.
Casi en frente de donde dejamos el coche, tomamos el todavía congelado camino que baja hasta el Arroyo Larda. Este sendero es el GR-88. Tras el breve descenso, el camino flanqueado por robles centenarios nos muestra alguna de las rampas que nos esperan durante toda la ascensión hasta alcanzar la cima. El primer tramo no da tregua hasta coronar el Collado Larda, donde tomamos un respiro (a pesar de las e-bikes) antes de afrontar las duras rampas que se aprecian para coronar el Cerro de las Cabezas. Modo turbo y toda la cadencia para manejar la bici por un pronunciado desnivel al que se le añade la dificultad del terreno suelto.
Desde el Cerro hasta el Collado Cimero nos da un respiro, aunque la bajada es empinada y no conviene relajarse. Nosotros lo rodeamos por el lado derecho y quizá el lado izquierdo hubiera sido menos accidentado. Casi sin descanso, ascendemos otro pequeño pero exigente cerro hasta alcanzar las praderas del Collado Valtejoso. Tras ellas, entramos en el pinar, donde una pista nos conduce porterreno menos exigente hasta el Collado de La Tiesa.
En el collado hacemos un giro de 180º y seguimos todo el cordal en dirección a la negra silueta que nos espera en el horizonte: La Peña de La Cabra. Poco a poco vamos ganando altitud por las praderas que se alternan con cada vez más estrechos senderos, pasos de afiladas rocas y algunos escalones que nos obligan a cargar con nuestras bicis.
Finalmente alcanzamos la base de la Peña ante la incrédula mirada de algunos senderistas, que habiendo llegado hasta allí, deciden no hacer la escalada final y prefieren esperar a que bajan sus acompañantes mientras toman el sol tirados en la hierba.
Nosotros si subimos, dejamos escondidas las bicis en el cercano pinar y trepamos como las cabras que divisamos mientras ascendemos hasta el geodésico. Las vistas desde la cima son como siempre espectaculares. Sin prisa por volver disfrutamos del entorno y del clima. Esos momentos de paz con el universo.
Desandamos hasta el pinar y retomamos nuestras monturas para afrontar la segunda parte del día:
La Bajada hasta La Puebla
Íbamos emocionados en sentido descendente, por sus bonitos senderos y algún que otro paso arriesgado, hasta que reparé en que mi biela izquierda se había desprendido!!!! La tuerca que lo fijaba al eje del pedalier se había perdido y a partir de ese momento tendría que pedalear con mucho cuidado para no volver a perderlo en algún momento delicado ya que corría el riesgo de caerme.
Pensamos que lo más sensato sería volver por carretera desde el Puerto de La Puebla hasta el pueblo, donde dejamos el coche, y así lo hicimos durante unas cuantas revueltas. Seguíamos bajando por la aburrida pero segura carretera y el desvío que teníamos previsto seguir en nuestro itinerario cada vez estaba más cerca. Mientras nos acercábamos al desvío, mi cabeza no dejaba de calcular los riesgos de seguir por la cómoda carretera o arriesgarnos a bajar por empinados cortafuegos y senderos desconocidos donde una biela suelta podría causar un accidente.
Sigo por carretera, decidido.
Pero tras una de las muchas revueltas veo a la izquierda el desvío que abandonaba la carretera y se introducía en el bosque.
-No lo di más vueltas y grité: Mary, nos arriesgamos, dejamos la carretera y bajamos por el GR-88!!
Que buena decisión tomamos!
Si bien es verdad que el inicio es un empinado cortafuegos, sin ningún atractivo y que el pedal se me desprendió en un par de ocasiones, sin consecuencias, el resto de la bajada por este desconocido tramo del GR-88 es una vez más una gozada, además de encontrarnos con la sorprendente Silla Gigante de Meira, una imponente escultura que ya forma parte de la colección de obras artísticas que componen el Valle de los Sueños.
El Track
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Marter
Que bueno!
Supongo que tu intención era bajar por el mismo Track de subida, cierto?
Y que tal bajada hubiera quedado?
Llevo tiempo detrás de investigar la zona..
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Hola Sergio, perdona que te responda tan tarde, pero no he visto tu comentario hasta hoy. Nuestra intención era bajar por el GR-88 como así hicimos y puedes ver en el vídeo, pero tmb es cierto que en otra ocasión me planteé bajar por donde subimos y quedaría una bajada muy chula. No lo hice por no hacer una ruta lineal de ida y vuelta. Gracias por comentar!
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