Saludos E-Bikernautas:
Tremenda la última ruta del año por La Reserva Nacional del Saja-Besaya, en tierras cántabras.
Antes de nada, he de agradecer esta ruta a Pablo (Kuchillas para los amigos), que fue quien me habló de este recorrido por sus infinitos dominios. Tan solo tuve que añadir un par de «cositas» para dejar un rutón inmejorable.
Una ruta repleta de paisajes, montañas, bosques y senderos que nos dejarán un gran recuerdo en la memoria. Si además añadimos la buena compañía de Mary, mi cuñado Carli, Pedro y Javi y el homenaje final en el Restaurante Mirador Peña Colsa, donde nos hartamos de repetir, al menos yo en tres ocasiones, los guisos de patatas con venado, cocido montañés y alubias pintas con chorizo, entonces se convertirá en una #rutacompletarutacomansi ; )
Hemos encontrado otra ventana de buen tiempo en el pueblo de Saja, en este invierno atípico y nos hemos dirigido hacia allí . Hemos cruzado el puente y tras unas pocas pedaladas, nos topamos con una rampa de hormigón rallado, que anuncia un territorio exigente. Seguimos a contracorriente el curso del río Saja en dirección a Mina Lápiz. Esta es una variante que me inventé sobre el track original que me pasaron, para evitar rodar por la carretera. Hemos tenido la fortuna de encontrarnos seco el Arroyo Cambilla, así que será conveniente ver los deshielos o épocas de lluvias abundantes antes de elegir esta opción o preguntar a los paisanos del pueblo, pues el ancho del arroyo además de un lecho muy pedregoso, presagia buen caudal.
Una vez atravesado el arroyo, iniciamos un nuevo ascenso de 9 Km. entre bonitos bosques de robles y hayedos, por pista ancha y cómoda, con algún agradecido descanso a pesar de ir con e-bike, hasta el refugio de Braña Espinas. En el nos detuvimos para avituallarnos y contemplar las montañas que nos rodean y por donde estuvimos hace ya varios años haciendo noche.
Por delante tendremos 3 Km. de ascensión más ligera hasta el Refugio de Ozcaba, punto de regreso de nuestra ruta, donde un cartel nos indica que hemos recorrido algún tramo de los 10.000 del Soplao.
Allí consultamos a un grupo de ciclistas locales, que llegaban en sentido contrario, el estado de los senderos que pretendíamos seguir. No nos dieron muy buenas noticias, pero íbamos decididos a no pisar asfalto, así que hicimos caso omiso a sus recomendaciones ; )
Aquí empieza lo bueno. Nos dejamos caer por unas verdes praderías antes de adentrarnos por los cada vez más estrechos y traicioneros senderos tapizados de hojas.
Algunos árboles caídos nos cortaban el paso y expuestos tramos aéreos pusieron a prueba nuestras habilidades. Cuidado con las piedras húmedas y las caídas hacia el costado derecho. Podrían ser fatales.
A medida que seguimos bajando, el sendero es menos arriesgado, pero los tramos de piedra de las antiguas calzadas nos mantienen alerta.
Dejamos a nuestra derecha La Venta de Mobejo y más adelante La Casa de Abellaneda por un inclinado sendero entre hayas, para continuar acto seguido por un soleado y rápido pinar de firme muy regular, sin apenas inclinación, antes de llegar a la Ermita del Carmen.
Desde aquí, un kilómetro y medio resta para llegar al pintoresco pueblo de Bárcena Mayor.
Apenas nos detuvimos por ser de sobra conocido por todos nosotros, pero de no ser así, adentrarse entre sus calles es una visita más que recomendable y casi obligada diría yo.
Atacamos sin más el desconocido e incierto camino entre Bárcena Mayor y Los Tojos. Un antiguo GR muy transitado por senderistas, pero desubicado por falta de mantenimiento.
Como ya nos advirtió el ciclista que nos encontramos en Ozcaba, no es un sendero para quienes no les gusten las piedras, empujar la bici e incluso perderse hasta encontrar de nuevo el sendero. A mi me parece que estos momentos son el verdadero espíritu del MTB y la aventura, pero para quienes prefieran algo más cómodo, existe la opción de seguir por carretera los 6 Km. hasta el desvío de Los Tojos.
Tras cruzar el puente sobre el río Argoza encontramos dos caminos: el de la izquierda nos lleva a la ermita del Carmen y la Venta de Mobejo, de donde venimos, y el de la derecha hacia nuestro destino, el pueblo de Los Tojos. Ascendemos por ese sendero y a pocos metros encontramos una bifurcación; tomamos el camino de la izquierda adentrándonos en el Monte de la Mahilla, donde a nuestro paso encontramos castaños, avellanos y, a medida que ascendemos, es el roble el que pasa a dominar el bosque. Llegamos hasta una zona despejada donde debemos prestar atención, pasando por la parte baja del claro y retomando de nuevo la cambera que continúa por pleno bosque. Hay marcas rojas y blancas de GR que nos van indicando la dirección correcta, aunque en ocasiones alguna puede estar borrada. Continuamos por una suave pendiente hasta encontrar otra bifurcación, tomamos como referencia de la dirección correcta una alambrada y un muro de piedra. Tras pasar una cabaña, descendemos y cruzamos un arroyo, esta vez con puente de madera. Subimos siguiendo el trazado de la alambrada, bajamos de nuevo y vadeamos el arroyo Valnería (Balneria). Ascendemos de nuevo, hasta llegar a un cruce que tomaremos a la izquierda. Desde aquí ya podemos ver a lo lejos el pueblo de Los Tojos. Enseguida la cambera se convierte en una pista de buen piso que nos llevará directamente a Los Tojos.
Realmente fue exigente este tramo hasta Los Tojos y de allí hasta Colsa, pero creo que mereció la pena.
Por cierto, nos sorprendió la gran cantidad de restaurantes en un pueblo tan pequeño. La hilera de coches aparcados atravesaba todo el pueblo.
Con las baterías en color rojo y apenas 9 Km.de autonomía llegamos al pueblo de Colsa para hacer la última bajada directa hasta Saja. Tampoco nos recomendó el amigo ciclista esta bajada por la peligrosidad que el entendía. Sin embargo, un par de paisanas que encontramos entendieron que «son bicis de montaña» así que volvimos a ignorar las recomendaciones prudentes y de nuevo tomamos la decisión arriesgada. Menos mal! Una bajada de 2 Km. hasta llegar al coche, que nos dejó una sonrisa de felicidad en la cara.
Atravesamos Colsa, el pueblo más alto del municipio de Los Tojos con 730 metros de altura. Esta ruta ha unido tradicionalmente los pueblos de Saja y Colsa y es conocido con el nombre de Camino de La Varga. Es un buen ejemplo de los antiguos caminos tradicionales hacia Castilla, acondicionados para carros y cuyo diseño se adapta a las curvas de nivel haciendo más fácil salvar la pendiente. El paisaje pasa de ser un espacio abierto de pastizales a una masa boscosa. Entramos poco a poco zigzagueando en un bosque de robles, que aparece acompañado de castaños y avellanos; a la salida de la zona arbolada, en una de las primeras curvas a la derecha, el Santucu -como así lo llaman a este tipo de humilladero- nos indica que vamos en el camino correcto.
Seguimos descendiendo rápidos, salvando tramos de roca hasta llegar a las inmediaciones de Saja. Pasamos de largo el cementerio y cruzamos callejeando por el caserío hasta el río, donde dejamos los coches.
Una vez recogidas las bicis y aseados, nos dirigimos al restaurante, donde pusimos punto final a una #rutacompletarutacomansi
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El track:
https://es.wikiloc.com/rutas-bicicleta-electrica/saja-ozcaba-barcena-mayor-los-tojos-colsa-122092735
Las fotos:
El Vídeo:
Marter
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