Salimos de Castilla de muy buena y soleada mañana, para atacar una de las montañas de Cantabria. El Pico Jano. Durante el trayecto en coche alternábamos sucesivamente los valles despejados con otros cubiertos por espesas nubes. Todo dependería de cómo soplaba el viento. La bajada desde la meseta hasta Bárcena de Pie de Concha, la realizamos por la antigua N-611, carretera repleta de vueltas y revueltas, pero única vía para bajar los fines de semana a las playas de Cantabria, antes de la creación de la autovía A-67. Al pasar junto a los ahora semi-abandonados Venta del Ventorrillo o el Manco, volvíamos a recordar aquellas caravanas de coches que cada fin de semana, trataban de llegar a las playas.
Pocas veces acompaña el tiempo en esta zona de «Las Hoces». Bárcena nos recibe como es costumbre, con el cielo encapotado y las contraventanas aún cerradas. Sacamos nuestras bicis y cachivaches de los coches y nos disponemos a rodar siguiendo el GPS.
Callejeamos por las calles desiertas del caserío aún en silencio, pasamos junto al campo de fútbol y cruzamos la carretera para tomar la CA-716 que no abandonaremos durante los siguientes 10 Km. hasta llegar a la presa del embalse de Alsa. Esta carretera es un ascenso continuo con un pequeño respiro en el KM.7 del track. La espesa niebla no nos permite contemplar los valles que vamos dejando atrás mientras tomamos más y más altura. Comenzamos a temer que la ruta se nos estropee por la falta de visibilidad. Sin embargo, agradecemos que la temperatura no sea demasiado alta mientras seguimos afrontando nuevos porcentajes de subida. En el KM.8 hay una bifurcación. Nosotros, ante la falta de referencias visibles tomamos la carretera sin salida que baja por la derecha y nos deja a los pies de la presa. Hemos de volver a subir para retomar el camino que nos llevará al paso superior de la presa.en un día despejado no habría problema para ver esta mole de cemento y tomar el camino correcto.
Atravesamos el muro de hormigón y comprobamos la altura del nivel del agua. Está repleto, cosa que nos sorprende por la escasez que tienen todos los embalses de España. Unos metros más arriba, conoceríamos la razón. Tras pasar el fantasmagórico paisaje de la presa, dejamos definitivamente la carretera y tomamos la pista que nos conduce a la parte final de la ascensión. Una sucesión de zetas nos van acercando hacia el deseado final. Poco a poco, hemos superado el techo de nubes y los últimos jirones, nos revelan un sol radiante y un cielo azul. Nos detenemos aquí a contemplar el espectáculo.
Mientras reponemos energías para el último tramo, vemos a nuestra izquierda los valles ocultos por la niebla y a nuestra derecha otros valles despejados, gracias al viento que se empeñaba en no dejarla avanzar hacia ellos. Uno de los momentos para recordar en esta ruta.
Último arreón y llegamos a la presa de Mediajo. A causa de las obras de acondicionamiento efectuadas en este, es el motivo por el cual el embalse de Alsa está a rebosar. Para ello han vaciado la totalidad del agua almacenada en él y la han vertido a través de los grandes tubos de canalización que tienen conectados ambos embalses y que sirven para generar energía mediante el bombeo y saltos de agua. Un operario nos advierte que no se puede transitar por allí, pero finalmente consiente. Nos detenemos unos metros más adelante para fotografiar la obra faraónica de impermeabilizar dicho embalse y el mismo operario viene a nuestro encuentro para animarnos a abandonar el recinto.
Tras la cancela que delimita el perímetro de dicho embalse, comienza el último tramo que asciende hasta la cumbre del Pico Jano. Observamos su silueta y las antenas que lo coronan y ascendemos varios lazos de senda hasta alcanzar sus 1.289 metros. La cima es ancha y pedregosa. Está ocupada por una caseta, una antena, varios buzones, una cruz y un mojón y tiene una vista panorámica que de todo el valle de Iguña, Campóo, las montañas pasiegas, Reinosa y el mar…de nubes que lo cubría.
Desde aquí iniciamos el rapidísimo regreso bajando durante 10 kilómetros ininterrumpidos por praderías, pistas y caminos cementados que restan bastante belleza a los bosques que atraviesan. Pero también encontramos y recorrimos un buen tramo del Camino Real que hizo especial ilusión a Carli puesto que oía a su padre hablar de él. También paramos para contemplar una bonita cascada y el río, la antigua carretera y la vía del tren encajonados entre las paredes verticales de Las Hoces. Incluso ideamos la posibilidad de recorrer este Camino Real, en sentido descendente, desde Reinosa hasta Bárcena con regreso por tren.
Para aquellos a los que os gusten los datos y la historia, estos paneles os cuentan qué es y porqué del Camino Real.
Así llegamos a Bárcena de Pie de Concha, donde casi todos los bares y restaurantes han decidido cerrar un domingo de verano «porque son millonarius» como decía un paisanuco del pueblo al preguntar si habría alguno abierto.
Todos cerrados salvo uno. El bar Las Vías, un bar de pueblo auténtico, de techos bajos y vigas de madera, asientos de piedra en el portal, un amable dueño y una parroquia auténtica que a esas horas aún tomaba sus vinos y sus copas de coñac, según los gustos. Nosotros nos conformamos con unas cervezas y unos pinchos de «chorimor» obsequio de la casa. Todo riquísimo.
Un día completo, un día comansi.
El track en Wikiloc:
https://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=18567874
Las fotos en Flickr:
El vídeo
Saludos Bikernautas
Marter
Que ruta más bonitaaaaaa!!
Las vistas son increíbles, de sueño, las praderas…. para tumbarse en ellas y no levantarse.
Me encanta, está tengo que hacerla.
Muy entretenida la crónica y el vídeo.
Un fuerte abrazo y un beso.
Naty
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Te hubiera gustado esta ruta. Habrá otras por Cantabria. Gracias por tus comentarios.
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MANOLO NO ME DEJAS DE SORPRENDER, QUE RUTAZA LO TIENE TODO ,ES DE LAS MIAS YA SABES .BUENA CRONICA PARA SABER UN POCO MAS DE CANTABRIA Y SU HISTORIA.ENHORABUENA Y RECUERDOS PARA LOS DOS.
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Gracias Paco. Cierto q es de las rutas q te gustaría hacer, tiene un poco de todo y sobre todo muchas cosas para ver y fotografiar, si la niebla no lo impide.
Este finde me espera otra buena. Estás invitado si quieres venir.
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Interesante ruta.
Cada vez que subo a mi querida Asturias miro a ambos lados de esa A-67 vislumbrando esos magníficos paisajes de montañas y soñando con algún día visitarlos.
Reconozco que me encantaba ir por la Nacional 611, con sus curvas encajonadas por el valle pasando por cerca de los diferentes pueblos, pero la comodidad de la autopista ahorra ahora mucho tiempo pero por contra pierdes esas vistas y emociones que me llevaba en el viaje a Asturias.
A ver si un día me da por visitar esa zona entre Aguilar de Campoo y Cantabria…
Gracias hacerme recordar mis recuerdos de esos viajes antes de terminarse la A67.
Saludos.
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Un placer Santi. Seguro q disfrutarías enormemente esos valles y montañas pasiegas. Gracias por tu comentario. Saludos
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