Un año más, tenemos la suerte de acudir a nuestra cita más esperada: El Otoño en la Sierra del Rincón!
Cada año desde hace ya…mucho tiempo, tenemos una cita obligada en esta estación, para disfrutar lo que para nosotros son los mejores paisajes otoñales de la zona centro del país. La espectacularidad y el colorido que ofrece esta Reserva de la Biosfera, no deja de sorprendernos tras cada visita.
Este año damos una vuelta de tuerca a los itinerarios de años anteriores y nos aventuramos por territorios mucho más agrestes y menos frecuentados, pero mucho más sorprendentes si cabe. Aunque iniciamos la ruta como en ocasiones anteriores, partiendo desde Montejo de la Sierra, esta ocasión buscamos una nueva senda que nos llevará a La Hiruela por el Bosque de la Umbría. Este largo sendero, que discurre paralelo a una pequeña acequia de agua que acaba soterrada bajo una moqueta de hojas, nos introduce en un colorido bosque de robles hasta alcanzar la carretera por la que ascenderemos al Pto.de La Hiruela. No hay más remedio que seguir este tramo de asfalto, pero el comienzo no puede ser más prometedor.
Desde el Pto. intentamos una senda fuera del asfalto, pero debido a la multitud de jaras y arbustos, decidimos ascender lo descendido y tomar la salida de la carretera a la altura del helipuerto y desde allí iniciar la bajada a La Hiruela por territorio conocido.
La Hiruela no es un lugar cualquiera, es un pueblo singular. Un enclave privilegiado de la Sierra del Rincón. Sus casas de piedra, adobe y madera de roble de la dehesa, apenas han sufrido modificaciones en su estructura desde su construcción, lo que confiere a La Hiruela una identidad arquitectónica propia que lo sitúa como uno de los pueblos mejor conservados de la Comunidad de Madrid. Desde laplaza, por un flanco de la iglesia, iniciamos una de las sendas más bonitas que conozco. La Senda de los Oficios de la Vida discurre por una calleja entre fincas, para ir dando paso a pasarelas de madera hasta el río Jarama, donde se encuentra el Molino Harinero que aún sigue en funcionamiento. Cada año encontramos nuevas líneas de paso en esta senda.
Circundamos por la pista de la izquierda La Morra de la Dehesa, Normalmente este camino lo hacemos en sentido contrario, de regreso, y lamentamos no haber subido hasta Collado Hondo como veces anteriores. Sin embargo, al final de la ruta agradecería el hecho de no haber gastado batería por esas duras subidas.
A partir de aquí comienza un nuevo territorio ignoto para nosotros. Dejamos la pista y nos lanzamos por un pequeño y precioso sendero de izquierdas que termina en el Arroyo de los Asperones. Algunas piedras semiescondidas y una vegetación un tanto crecida, árbol caído incluído, afean un poco esta bajada. Desde el arroyo tenemos un estrecho sendero en ligero ascenso a media ladera hasta llegar a un muro de piedra derruido que delimita la frontera de Madrid y Guadalajara. Tras atravesarlo, nos deleitamos con los colores del bosque que lo rodea. Una bajada pronunciada y corta nos deja en la Hoya del Cartero, donde atravesaremos un nuevo arroyo Las Huelgas. Aquí encontraremos el tramo más exigente y más complejo de la ruta. Una subida pronunciada nos obliga a portear nuestras bicis durante unos doscientos metros y un camino desaparecido nos obliga a un ir y venir tratando de encontrarlo de nuevo.
Por fin damos con el sendero que nos lleva hasta la pista forestal de la Loma de los Colladillos, por la que subimos hasta la cima del día: La Cabeza del Viejo.
La panorámica de 360º de los grandes picos, algunos conquistados, son espectaculares. Al norte el ya nevado Pico del Lobo, al este el majestuoso Ocejón, y al sur Pico de la Torenera y la cuerda hasta La Peña Centenera donde subirían al día siguiente unos amigos y algún día también nosotros ; ).
Seguimos los 2,5 km.de la cuerda desde La Cabeza del Viejo hasta el Pinhierro por la Loma de la Peña, sin apenas dificultad. Desde allí, sentados en su «espinazo» podíamos contemplar las omnipresentes torres de Madrid.
Bajamos dando un rodeo para alcanzar la pista forestal en dirección a Collado Llano, sin arriesgar a tirar una línea recta siguiendo las recomendaciones de Emilio que me lo describió como inciclable. Estábamos cansados y ya no queríamos investigar más de la cuenta.
El tramo de pista es largo, pero aún queda más subida de la esperada hasta llegar al Collado Salinero. Yo iba mirando de reojo el visor de autonomía de mi batería, que ya cambiaba de color de verde a amarillo, lo que me obligaba a dosificar la ayuda del motor en la última rampa del collado. Desde el collado tomamos el Camino de la Hiruela, que nos mete en el bosque antes de cruzar la carretera y bajar por un cortafuegos que nos ahorra más de 5 km. De nuevo entramos en el bosque de La Umbría, pero esta vez por la parte alta hasta volver a encontrar el inicio de la acequia. El resto es el mismo sendero de la mañana, hasta llegar al pueblo.
Una ruta espectacular si quieres disfrutar de montañas, bosques y senderos poco frecuentados.
Suscríbete si te gustan nuestras rutas y entra en la órbita Bikernautas.
Track de la ruta:
Fotos:
Marter
Deja una respuesta