E-Bikernautas

 Hay tantos lugares que ver, que necesitaría vidas infinitas para visitarlos todos.

Aunque no soy partidario de volver al «lugar del crimen» si puedo evitarlo,  y menos en tan corto espacio de tiempo, hay ocasiones en que hago excepciones. Ya sea porque ha pasado suficiente tiempo desde que realicé esa ruta  por última vez y apetece revivir viejas sensaciones, o para probar el grado de evolución técnica y física en aquellos puntos complicados que se atragantaron, o bien porque hay elementos naturales como la nieve o variantes,  que otorgan nuevas emociones a los tracks conocidos. Y principalmente, porque deseo compartir ese tipo de ruta con alguien a quien aprecio, sabiendo que las características y el grado de dificultad que se encontrará durante el trayecto, se adecúan a su nivel y disfrutará de un día perfecto de MTB, enduro o cicloturismo.

El día de Reyes, llevé a Mary a conocer el valle de La Barranca y las sendas que bajan hasta Becerril. Pero antes hubo que subir hasta allí.

Iniciamos nuestro viaje en el polígono de Becerril de la Sierra. Tras pasar la primera puerta metálica del día, seguimos un estrecho camino entre jaras que circunda el Alto del Hilo y nos deposita en la primera senda del día: El Fary. Esta senda, entre pinares, discurre durante 2Km paralela a la carretera M-607 y con ligero porcentaje ascendente. El regreso por este mismo sendero, será más divertido, pues es en claro descenso.

Pasamos una nueva puerta metálica y abandonamos de momento la compañía de la carretera de Colmenar Viejo por el Camino del Dedo, hasta encontrar un pequeño puente de piedra que atraviesa el Río Navacerrada y nos acerca hasta las calles del pueblo al que da nombre.

Callejeamos entre bonitos chalets hasta salir de nuevo a la concurrida M-607 sobre todo en días festivos,  que nos conduce, tras 1,5 kilómetros de ligera subida, hasta el desvío  de La Fonda Real, donde tomamos  la pista situada entre la carretera M-601 y el GR-10. Tras 2 km. llaneando por esta pista, la abandonamos nada más cruzar una nueva puerta y subimos por un  empinado  camino de piedra muy suelta,  imposible dar dos pedaladas seguidas. Tras la subida, encontramos un estrecho sendero que recorre el llamado Pinarcillo, hasta encontrar el puente que cruza el  Arroyo de Matasalgado, donde enlazaremos durante un corto trecho con el famoso Camino del Calvario. Pasamos junto al no menos famoso Árbol Encadenado, cuya historia ya comentamos en la crónica de Enduroavalanche .

Tras algunas rampas cortas, pero exigentes, volvemos a encontrarnos con la carretera. Retrocedemos por ella durante 1 km. en  bajada, y cruzamos al otro margen, hasta la puerta metálica donde comienza la pista forestal  del Valle de la Barranca, que nos conduce siempre en sentido ascendente hasta una pradera, donde aprovechamos a tomar el avituallamiento, disfrutando de unas vistas privilegiadas del skyline capitalino con sus cuatro torres.

Tras un par de revueltas más,  llegamos al punto más alto de nuestra ruta. Abandonamos la pista y entramos en una explanada, donde donde se asentaba antaño el antiguo Sanatorio de Guadarrama, también conocido como Walpurgis demolido en 1994. El sobrenombre le viene de que cuando el hospital quedó abandonado y sirvió para que se rodase en él “La noche de Walpurgis”, con Paul Nashy.

Aquí comienza nuestra primera bajada del día : El Camino Ortiz. Una preciosa senda  de 2,7 km. que recorre emboscada y sigilosa la ladera occidental del valle de la Barranca y que guarda, como un silencio más de su naturaleza, el secreto de por qué se llama así. Su sinuosa  y veloz trazada de tierra compactada, no requiere demasiada técnica y es un verdadero placer para los sentidos. Tan solo has de dejar rodar tu bici , eso si, sorteando los  troncos de pinos, pequeños escalones de subida y de bajada y un par de puntos un poco menos fáciles. En definitiva, muy asequible para cualquier amante de la bici de montaña.

Tras esta jubilosa bajada, llegamos de nuevo a pistas forestales de La Barranca. Las piernas se resisten a pedalear nuevamente, pero tras escasos 700 metros de ascenso, llegamos a la altura de Fuente de Mingo.

Aquí comienza nuestra siguiente bajada: La Senda Alakan.   Un sencillo y espectacular sendero entre pinares, que llanea paralelo al río Navacerrada, por las Laderas de La Fábrica, hasta los embalses de La Barranca.

Una puerta metálica nos da acceso a un estrechísimo sendero que bordea los embalses del Ejército del Aire y Pueblo de Navacerrada. He de mencionar que en este punto y también bajando Alakan,  Jeremiah Johnson volvió a colocar algunas de sus trampas para ciclistas en forma de ramas cruzadas y piedras en mitad del camino. El sendero no tiene más complicación que intentar pasar entre las ramas de jaras y la alambrada sin enganchar tu manillar por ambos lados. Tras una nueva puerta metálica, cruzamos el dique de la presa y llegamos a la carretera. Tomamos la decisión de ir por ella, evitando así  el sendero cerrado por las zarzas que nos provocaron varios sietes en la ropa el día anterior. Lo que no podemos evitar es la sensación de lástima y cierto recelo al pasar frente al siniestro hospital de tuberculosos Santo Ángel, reciclado en hospital psiquiátrico al remitir las dolencias respiratorias y  y finalmente abandonado a todo tipo de leyendas urbanas y ritos satánicos. Dejamos el asfalto y tomamos una nueva pista de la Cuenca alta del Manzanares. Tras un breve repecho, iniciamos una veloz carrera por la segunda parte de la trialera El Chiquillo,  hasta la siguiente bajada conocida como Los Almorchones. 

Se rueda entre jaras, con algún pequeño tramo de escorrenteras y piedras, y acaba justo en la carretera M-607, donde tras cruzar la carretera, y cruzar otra puerta metálica tomamos el primer camino de la mañana, El Fary. Pero  en esta ocasión y tras salvar los primeros metros de desnivel, es un camino en bajada muy limpio y rápido. Tan solo nos resta dejarnos llevar hasta donde tenemos los coches aparcados y celebrar una bonita ruta sin incidentes.

Saludos Bikernautas

Marter